lunes, 6 de enero de 2014

Singularidad tecnológica (2)

Antecedentes para una singularidad tecnológica

Durante los primeros años la Inteligencia Artificial (IA) se ha fundamentado en el desarrollo de programas que fuesen capaces de realizar actividades propias de la mente humana, tales como demostrar teoremas, jugar a las damas, al ajedrez, darle soluciones a problemas poco estructurados basados en la heurística o en campos donde se requería de conocimientos, los sistemas expertos.  Con el tiempo, se demostró, que esta vía para lograr una inteligencia no humana, era demasiado lenta y no cumplía con las expectativas –ya se había predicho el surgimiento de una inteligencia no  humana a principio de la década de los 80; por lo que, a finales de esa década y principio de los 90, muchos investigadores comenzaron a desesperarse, y no fueron pocos los que abandonaron sus laboratorios por líneas de trabajo más prometedoras.
Sentimiento de fracaso que invadió tanto a la IA débil como a la IA fuerte. Para la débil cuyo objetivo era crear sistemas informáticos que realizasen actividades que requerían de inteligencia tales como los sistemas expertos, en los cuales se cifraron grandes esperanzas tanto investigativas como comerciales, se esperaba que el mercado estuviera abarrotado de sistemas expertos, incluso los metódicos japoneses, para no ser menos, se lanzaron en su famoso proyecto de 5ta. Generación, que también quedó como otro intento más. Por su parte la IA fuerte, cuyo propósito es reproducir en la máquina la extensa variedad, sutileza y profundidad de la inteligencia humana, no logró cumplir con sus metas, de en menos de 20 años haber reproducido la mente humana, y estaban atascados en modelos muy elementales de la inteligencia, como el mundo de bloques y en sistemas cerrados que eran incapaces de mostrar iniciativa o fallaban estrepitosamente ante cualquier problema que requiriera de sentido común.
Entonces... ¿Qué está sucediendo ahora? Porque la IA y sobre todo las maquinas inteligentes están ocupando las mentes de muchos científicos y filósofos. ¿Cuál es el nuevo enfoque?
Si partimos del hecho que las máquinas son cada vez más veloces, piensen en las primeras computadoras que no alcanzaban los 10 Mega hertzios (Mhz) a las actuales que ya sobrepasan los 3 Giga hertzios y no se vislumbra ningún límite para que esta velocidad no siga aumentando. Estas máquinas superveloces, podrán efectuar un billón de operaciones por segundos, por lo que –según Moravec– estarán en condiciones de alcanzar el nivel de la inteligencia humana. Aun más, teniendo en cuenta que el cerebro humano trabaja a una frecuencia de 100 hertzios o ciclos por segundo y que no se  vislumbra una cota que limite la velocidad de procesamiento de la computadora basada en un hardware cada vez más sofisticado, con mayor capacidad de memoria, varios procesadores centrales (la materia gris de la máquina), mayor velocidad de acceso a los periféricos; parece posible, incluso, que la máquina pueda superar al hombre.
Idea que se sustenta sobre la ley de Moore que dice que la capacidad de los microchips de un circuito integrado se duplicara cada dos años, lo cual traerá un crecimiento exponencial de la potencia del hardware de las computadoras y de mantenerse este crecimiento acelerado lo cual conducirá inevitablemente a que las máquinas le den alcance y luego superen la capacidad del cerebro para procesar la información y según un gráfico elaborado por Hans Moravec la paridad entre el hardware y el cerebro se alcanzara alrededor del 2020 lo cual dará lugar a las máquinas superinteligentes
También se asume que con respecto al software la máquina, también, ha mejorado mucho; en la IA débil ya las maquinas pueden diagnosticar células sanguíneas, guiar misiles de crucero y, por fin, pueden vencer a cualquier jugador de ajedrez. Con respecto al hardware se están investigando tecnologías de circuito que serán un millón de veces más potente que el cerebro humano, aunque para muchos el proyecto más interesante es el de la ingeniería inversa del cerebro humano: escanear el cerebro desde su interior gracias a billones de minúsculos escáner de alta resolución o nanobots que pasarán a través de los capilares.
Los defensores de las máquinas inteligentes van mucho más lejos y sugieren que las propias máquinas construirán computadoras cada vez más inteligentes, ellos parten de la base de un hardware cada vez más potente, aceptan que mientras más capacidad de procesamiento tenga, será más "inteligente", y quién niega que una máquina inteligente no sea capaz de aumentar las capacidades de las próximas generaciones construyendo máquinas cada vez mejores y así infinitamente, sin que el hombre participe en este proceso. ¿No sería esto el fin de la humanidad? 
Hasta hoy se pensaba que la evolución de los seres humanos continuaría siendo un largo proceso evolutivo, que a través de mutaciones nos llevaría a individuos mejores –o peores–. Para otros, este proceso se había detenido y los humanos continuarían siendo los mismos por los siglos de los siglos. Lo interesante es que la discusión no termina ahí, nuevas ideas están surgiendo alrededor del futuro de la humanidad, una de estas teorías es la sustitución del hombre por alguna entidad superinteligente; medio máquina, medio humana, capaz de continuar con el ritmo acelerado de desarrollo industrial, para el cual esa "cosa" llamada humano ha quedado obsoleta. Estas ideas no resultarían tan interesantes de no ser por el hecho de que sus defensores afirman que estamos en la antesala de una nueva era poshumana.
Muchos de estos autores ven a las máquinas como inteligencias fragmentadas, que pueden estar conectadas a una red como sistema cooperativo, y que esta conexión las lleve a una forma de organización altamente eficiente, que le permita un "despertar" como una gran inteligencia (sistemas emergentes). Parten del concepto, que en la formación del mundo, como sistema evolutivo, ha tenido gran influencia la noción de "emergencia", esto es que la integración de elementos que están en un nivel inferior producirá la transformación a un nivel superior, que poseerá nuevas propiedades. El concepto de emergencia plantea cierta indeterminación en el papel de las ciencias relacionadas con el hombre como las psicológicas, sociales y cognoscitivas. En nuestros días se ha puesto nuevamente de moda el concepto de inteligencia "emergente" donde las máquinas producto de su velocidad de procesamiento llegaran a ser capaces de manipular tal cantidad de información con lo cual alcanzarán  un nivel creciente de "conocimientos" hasta llegar a despertar como una entidad inteligente. 
Conclusión que extraen de la comparación de la evolución de las máquinas con la de los animales: ya que los humanos fueron el producto de una larga evolución desde los organismos unicelulares pasando por los mamíferos hasta llegar al homo sapiens. ¿A partir de qué momento surgió la inteligencia? ¿Por qué no aceptar que las máquinas también son organismos en evolución que puedan llegar a "pensar"? Si aceptamos a la conciencia como la forma de la materia altamente organizada, ¿quién puede negar que las máquinas sean una nueva forma de la materia altamente organizada y que en su proceso evolutivo alcancen niveles de inteligencia incluso superiores a los del hombre?
Mientras los filósofos y sociólogos parecen haber llegado a un callejón sin salida y hablan del fin del romanticismo social y de la muerte de las verdades absolutas. Los nuevos cibernéticos proponen una nueva "ideología" que vendrá a salvar al mundo: la ideología de las máquinas como herederas del hombre o de la convergencia entre humanos y computadoras, donde se plante la fusión entre el árbol evolutivo de los seres vivos y el de las máquinas.

Fuente: Inteligencia artificial, el futuro del hombre.
 

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