¿Cuál será nuestro
futuro común?
En el informe se plantea la necesidad
de definir cuál será nuestro futuro común. Sin dudas necesitamos saber hacia qué
futuro vamos ¿Cuál es el escenario futuro más probable: el futuro sostenible o
el futuro poshumano? Y si son compatibles. Una vez determinado los escenarios
futuros posibles podemos, entonces, definir nuestro futuro común y surge la
pregunta: ¿Qué futuro queremos construir entre todos?
Estamos necesitados de una visión clara
del mundo que queremos construir, lo objetivos que debemos cumplir y las
acciones a llevar a cabo. De una ideología común y abarcadora de carácter
transdisciplinar y proactiva, que permita un accionar no solo gubernamental sino
también individual (sociedad civil). Por otra parte el problema no se va a
resolver con rastrear los avances científicos sino estamos claro hacia donde queremos
ir con respecto a la Ciencia y la Tecnología y si no sabemos qué escenario
futuro queremos alcanzar y, desde hoy, aprender a manejarse con las tecnologías
dentro de una superestructura tecnológica (superinteligencias) desde una relación
colaborativa que nos lleve a una simbiosis con la tecnología donde la especie
humana pueda seguir progresando como tal.
Hoy estamos ante el dilema de saber si
vamos hacia un futuro sostenible o si vamos hacia un futuro poshumano. Cuestion
que siguen sin aclararse. Los tecnologistas dan por sentado que vamos hacia un
futuro poshumano y se debaten entre el transhumanismo y la singularidad
tecnológica, que parecen lo mismo pero no son iguales, sin excluir variantes
más blandas con el tecnoprogresismo; de la otra parte los ecologistas están
convencidos de que vamos hacia un futuro sostenible y apuestan por un desarrollo
sostenible menos radical que la ecología profunda, pero su debilidad radica en
no ver el protagonismo de las tecnologías y creer que estas siempre estarán
bajo el control humano, por lo que ambos
casos vamos a ciegas hacia al futuro: o nos dejamos arrastrar por un
optimismo tecnoutópico donde las tecnologías van a resolver todos los problemas
que históricamente no se han podido resolver o asumimos que el problema solo lo
pueden resolver los humanos y para ello solo hay que buscar una solución de
compromiso entre el crecimiento económico, la justicia social y el deterioro
del planeta, donde las tecnologías y la religión son relegadas a un segundo
plano.
En mi opinión la tendencia actual dada
la estructura social actual basada en el mercado y la competencia por las
ganancias, nos dirigiremos inevitablemente hacia un futuro poshumano. Y es que
mientras los que defienden el desarrollo sostenible siguen hablando de ponerse
de acuerdo sobre el futuro; las transnacionales ya están construyendo el futuro
sin previo aviso y pronto estaremos interactuando con inteligencias
artificiales sin darnos cuenta, piensen en Watson de IBM, en las adquisiciones
de Google en el tema de la IA, en Amazon y los Drones, en Apple, en Microsoft y
la lista aumenta por día.
Los objetivos del
desarrollo sostenible
El nuevo informe pone énfasis en el
medio ambiente y el deterioro del planeta y destaca la importancia de los
objetivos de desarrollo sostenible, siempre ha existido cierto divorcio entre
los objetivos futuristas y los objetivos del desarrollo sostenible, incluso sus
escenarios futuros son diferentes y lo peor es que uno no tiene en cuenta al
otro, son dos futuros paralelos que se están gestando uno independiente del
otro, de una parte el poshumano y de la otra el sostenible.
En qué consisten las divergencias
entre los tecnologistas y los ecologistas. Freeman Dyson puso el dedo en la
yaga cuando dice: “Los ambientalistas han concentrado su atención en los males
que la tecnología ha producido más que en lo bueno que ha intentado hacer”. Observen
que él no dice lo bueno que ha hecho sino como ha fallado en querer hacer cosas
buenas, porque en realidad muchas de las malas consecuencias de las
aplicaciones científicas fueron debido a causas bien intencionadas. Entonces,
¿Dónde se fallo? Todo apunta a la necesidad de una ética global (incluida como
el desafío global No 15 en de Millennium
Project) donde se tenga en cuenta cuales son los objetivos sobre el futuro
queremos alcanzar y cómo podemos lograrlo entre todos.
Hoy vamos a ciegas al futuro,
carecemos de objetivos comunes beneficiosos para todos y es que las tecnologías
han fallado; al tener un enfoque local, predominantemente económico y desde una
visión a corto plazo, sin tener en cuenta a la mayoría, ni las consecuencias
ambientales, de ahí su carácter perjudicial en muchos casos. En la actualidad
sigue existiendo una separación entre lo que es el progreso humano y lo que
significa el progreso tecnológico para los seres humanos, y son muchos los que
tienden a subordinar el progreso humano al progreso tecnológico, la
singularidad tecnológica en su interpretación más radical, es una clara
demostración de un futuro donde la tecnología viene a resolver todos los
problemas humanos incluso a suplantar la limitada inteligencia humana por una
superinteligencia artificial y que dado su carácter suprahumano será capaz de saberlo
todo, sentirlo todo y hasta presenciarlo todo.
Lo que nos lleva a un enfoque
transdisciplinar de los problemas, ya el desarrollo sostenible representa un cercamiento
a un enfoque más global de los problemas, pero sigue ignorando el impacto que
tendrán las tecnologías emergentes y los escenarios futuros que podrían suceder
y para los cuales no estamos preparados.
De acuerdo al análisis del estado del
futuro, tenemos más dinero (crecimiento económico) a costa de menos espacios
naturales (deterioro del planeta) De ahí la importancia de los objetivos del
desarrollo sostenible, en la actualidad el paradigma del desarrollo sostenible
representa el compromiso más serio con un futuro sostenible: perpetuar la vida en la tierra. La debilidad del
desarrollo sostenible consiste en que no tiene en cuenta el impacto de las
tecnológicas emergentes ni la influencia de la religión (se necesita un cambio
de mentalidad), Tampoco acepta la idea de que las tecnologías se conviertan en
una superestructura capaz de compartir las decisiones con los humanos.
No se puede tapar el
sol con un dedo
Si analizamos los problemas actuales
captamos la gravedad de los mismos, y lo que es peor su incremento, tales como
la degradación del planeta que amenaza con destruir a todas las especies sin
excepción, y el alarmante crecimiento del crimen organizado que pone en peligro
a la sociedad y a la vida humana. Por más que se quiera tener una visión
optimista del futuro es indudable que perdemos en temas que son vitales para la
subsistencia humana y para garantizar un futuro mejor. La mayoría sigue
esperando por que los gobiernos tomen las grandes decisiones, otros esperan que
las tecnologías vengan a jugar ese papel por nosotros.
El análisis del
estado del futuro apunta a que los disturbios y las revoluciones han seguido aumentando
así como la delincuencia debido a las
desigualdades, la escasez de recursos, la opulencia de unos pocos.
Las revoluciones en Latinoamérica
son un ejemplo de la reacción de los pueblos ante las desigualdades, el injusto
orden mundial y la explotación desmedida de los recursos naturales por parte de
las transnacionales.
Surgimiento de nuevas
formas de acción colaborativa.
Como bien dice el informe, el poder de
comunicación, de decisiones y acciones aumentan por parte de los individuos
tanto para crear como para destruir. El problema es ético, la complejidad del
mundo actual nos lleva a buscar un enfoque más abarcador de la realidad y de
nosotros mismos (ideología transdisciplinar).
Este es otro de los grandes desafíos
en nuestra época crece el protagonismo de los actores sociales sin necesidad
que estos sean parte de los centros de gobierno, hoy cualquiera puede
convertirse en un mecanismo de propagación de información, de elaboración de
software, crear comunidades virtuales, foros, etc. Y este poder trae en si
grandes ventajas y grandes riesgos y dado el contexto actual de poder basado en
la competencia y las ganancias, nos puede llevar a un aumento de la violencia y
del delito en general, lo cual apunta a
la necesidad de una ética global y la conformación de una visión comprometida
con un verdadero progreso humano y con un futuro sostenible.
Y es que estamos en la era de la
creación de herramientas de uso colectivo, que permitan nuevas formas de colaboración
entre humanos (el software libre) y entre estos y las maquinas (IA distribuida)
y las máquinas entre sí (cerebro global) lo que nos llevará al surgimiento de
una superinteligencia colectiva donde humanos y máquinas se hacen cada vez más
inteligentes.
De ahí que hoy estamos viviendo una
explosión de aplicaciones basadas en la Inteligencia Artificial (IA) desde el paradigmático
Watson de IBM, hasta los nuevos enfoques del aprendizaje profundo de moda en
Google y para no quedarse atrás Amazon, Apple, Microsoft, entre otras grandes
transnacionales de la información, también están investigando las técnicas de
IA. Todo esto nos conduce, por primera
vez en la historia, al sueño de construir una inteligencia artificial, fuera de
los grandes centros de investigación. Hoy en Google se habla de construir una
inteligencia artificial al estilo de la superinteligencia HAL
Tipos de superinteligencias
·
Superinteligencia
artificial (HAL)
·
Superinteligencia
hibrida (Cyborg)
·
Superinteligencia
colectiva (Cerebro global
·
Superinteligencia
biológica (Clon)
Estamos hablando de la necesidad de
desarrollar una estrategia de cómo manejarnos con los nuevos conocimientos
tecnológicos y con tecnologías cada vez más inteligentes y autónomas, y como se
van integrando a la vida humana para entre ambos ir construyendo una
superestructura tecno-social colaborativa que tenga como meta alcanzar un
futuro sostenible.
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