Los lumbreras del universo tecnológico ya han decidido que las Google Glass
son el futuro. Y, vale, puede que tengan razón, pero está claro que, al
menos por el momento, las Google Glass no son el presente y ni siquiera
tampoco el futuro próximo. Ésta al menos la conclusión que podemos
extraer de las primeras “críticas” que están recibiendo las esperadas
gafas de Google. Y es que las Google Glass esconden muchos puntos flacos, tantos que algunos ya hablan incluso de fracaso. Business Insider recoge a continuación los más graves:
1. La duración de la batería es pésima
Según Engadget, la batería de las Google Glass tiene una vida
estimada de apenas 5 horas. Otros aseguran, sin embargo, que estas 5
horas son realidad 3. Nada bueno si hablamos de un “gadget” diseñado en
un principio para acompañarnos durante todo el día.
2. Las gafas desorientan y dan dolor de cabeza al usuario
Quienes ya han tenido la oportunidad de probar las Google Glass aseguran
que las famosas gafas desorientan y que hacen imposible centrar la
mirada en lo que tenemos alrededor. Además, producen dolor de cabeza y
dejan al usuario literalmente “bizco”.
3. La pantalla resulta difícil de ver a plena luz
Si hacemos caso de Engadget, ver la pantalla de las Google Glass a plena luz del día puede ser un problema.
4. Imposible cambiar las opciones del dispositivo
Engadget asegura que las nueva Google Glass hacen imposible el ajuste
del volumen y el brillo de la pantalla. Tampoco es posible desconectar
el wifi y el bluetooth (que aparecen siempre en modo “on”), reorganizar
las tarjetas de las aplicaciones, modificar la pantalla por defecto y
poner el dispositivo en modo “silencio” o “pausa”.
5. Los controles de voz están plagados de errores
Hay dos maneras de controlar las Google Glass: mediante el panel táctil
ubicado en el lateral de las gafas y mediante la voz. Para controlar las
gafas mediante la voz, basta con decir “OK Glass” y emitir una orden.
Pero lo cierto es que al “invento” de Google le cuesta descifrar
nuestras órdenes, al menos por el momento.
6. Sigue siendo necesario tener un smartphone para utilizar las Google Glass en el exterior
Las Google Glass no vienen equipadas con conexión de datos, de modo que
el usuario tiene que conectarlas necesariamente a su smartphone cuando
sale de casa. ¿La consecuencia? Que gastamos más batería de nuestro
smartphone y apuramos también al límite nuestra tarifa de datos.
7. Es difícil quitarse las gafas
A diferencia de otras gafas, que pueden doblarse, las Google Glass no
son flexibles y no pueden, por lo tanto, guardarse en el bolsillo ni ser
colgadas del cuello de la camisa. Es cierto que las gafas vienen
equipadas con una caja protectora, pero ésta resulta definitivamente
demasiado abultada.
8. Es difícil responder a los mensajes
Las Google Glass no nos lo ponen nada fácil a la hora de responder y
editar mensajes. Si hablamos claro y bajito y evitamos las contracciones
gramaticales, es posible que logremos enviar con éxito algún email.
Pero si las gafas no han entendido correctamente algo de lo que hemos
dicho, tenemos que cancelar el mensaje y empezar de nuevo.
Fuente: www.marketingdirecto.com
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