Vernor Vinge, matemático y escritor de ciencia ficción
“¿Estamos tomando la inteligencia artificial suficientemente en serio?”
Stephen Hawking
La idea de un mundo fuera de control donde surge una inteligencia
superior a los humanos e independiente de los intereses humanos al
estilo de Kurzweil y Moravec, sin dudas, es demasiado peligrosa (por no
decir descabellada). Ahora dado el desarrollo acelerado de las
tecnologías, estas nos van a superar en muchos aspectos (conscientes o
no) por lo que algunos ven como única solución una fusión entre humanos y
tecnologías (Cyborg). Y es que todo indica que la aceleración de las
tecnologías y su propio progreso, nos llevara a una simbiosis entre
humanos y tecnologías.
¿Estamos preparados para el surgimiento de una inteligncia artificial superior a la humana?
Han pasado 25 años desde que Vinge anunció el surgimiento de una
singularidad tecnológica y las superinteligencias, acontecimiento que
debería surgir antes del 2030. La pregunta es: ¿Estamos preparados para
el surgimiento de una inteligencia superior a la humana. Para dar
comienzo a este tema, comenzaremos por publicar las idea sobre la
singularidad tecnológica expuestas en el libro: “IA el futuro del
hombre”.
Singularidad tecnológica
Antecedentes para una singularidad tecnológica
En los últimos tiempos se ha puesto de moda el retorno al hardware.
La IA que al principio se basó en la idea del software; el cual, para
muchos, avanzaba demasiado lento y se desarrollaba sobre un “mundo de
juguetes”, fue perdiendo partidarios por otra idea más ambiciosa:
construir máquinas cada vez más potentes que lleguen a alcanzar las
capacidades del cerebro; en velocidad, memoria, poder de representación.
Así, hasta que la computadora llegue a ser más inteligente que el
hombre.
La superación de la mente gracias a la rapidez de la máquina, su
hardware, está dando lugar a una transformación del término
inteligencia:
- Pueden surgir máquinas inteligentes que no sean una copia del cerebro.
- La inteligencia de la máquina estará dada por su velocidad de procesamiento.
El problema consiste en si creemos que las tecnologías siempre serán
una infraestructura controlada por los humano o aceptamos que dado su
crecimiento acelerado, su cada vez mayor autonomía y de su creciente
inteligencia (a lo cual no se le ve limites), se puede aceptar que se
convertirán en una superestructura capaz de compartir las decisiones con
los humanos.
Durante los primeros años la Inteligencia Artificial (IA) se ha
fundamentado en el desarrollo de programas que fuesen capaces de
realizar actividades propias de la mente humana, tales como demostrar
teoremas, jugar a las damas, al ajedrez, darle soluciones a problemas
poco estructurados basados en la heurística o en campos donde se
requería de conocimientos, los sistemas expertos. Con el tiempo, se
demostró, que esta vía para lograr una inteligencia no humana, era
demasiado lenta y no cumplía con las expectativas –ya se había predicho
el surgimiento de una inteligencia no humana a principio de la década de
los 80; por lo que, a finales de esa década y principio de los 90,
muchos investigadores comenzaron a desesperarse, y no fueron pocos los
que abandonaron sus laboratorios por líneas de trabajo más prometedoras.
Sentimiento de fracaso que invadió tanto a la IA débil como a la IA
fuerte. Para la débil cuyo objetivo era crear sistemas informáticos que
realizasen actividades que requerían de inteligencia tales como los
sistemas expertos, en los cuales se cifraron grandes esperanzas tanto
investigativas como comerciales, se esperaba que el mercado estuviera
abarrotado de sistemas expertos, incluso los metódicos japoneses, para
no ser menos, se lanzaron en su famoso proyecto de 5ta. Generación, que
también quedó como otro intento más. Por su parte la IA fuerte, cuyo
propósito es reproducir en la máquina la extensa variedad, sutileza y
profundidad de la inteligencia humana, no logró cumplir con sus metas,
de en menos de 20 años haber reproducido la mente humana, y estaban
atascados en modelos muy elementales de la inteligencia, como el mundo
de bloques y en sistemas cerrados que eran incapaces de mostrar
iniciativa o fallaban estrepitosamente ante cualquier problema que
requiriera de sentido común.
Entonces… ¿Qué está sucediendo ahora? Porque la IA y sobre todo las
maquinas inteligentes están ocupando las mentes de muchos científicos y
filósofos. ¿Cuál es el nuevo enfoque?
Si partimos del hecho que las máquinas son cada vez más veloces,
piensen en las primeras computadoras que no alcanzaban los 10 Mega
hertzios (Mhz) a las actuales que ya sobrepasan los 3 Giga hertzios y no
se vislumbra ningún límite para que esta velocidad no siga aumentando.
Estas máquinas superveloces, podrán efectuar un billón de operaciones
por segundos, por lo que –según Moravec– estarán en condiciones de
alcanzar el nivel de la inteligencia humana. Aun más, teniendo en cuenta
que el cerebro humano trabaja a una frecuencia de 100 hertzios o ciclos
por segundo y que no se vislumbra una cota que limite la velocidad de
procesamiento de la computadora basada en un hardware cada vez más
sofisticado, con mayor capacidad de memoria, varios procesadores
centrales (la materia gris de la máquina), mayor velocidad de acceso a
los periféricos; parece posible, incluso, que la máquina pueda superar
al hombre.
Idea que se sustenta sobre la ley de Moore que dice que la capacidad
de los microchips de un circuito integrado se duplicara cada dos años,
lo cual traerá un crecimiento exponencial de la potencia del hardware de
las computadoras y de mantenerse este crecimiento acelerado lo cual
conducirá inevitablemente a que las máquinas le den alcance y luego
superen la capacidad del cerebro para procesar la información y según un
gráfico elaborado por Hans Moravec la paridad entre el hardware y el
cerebro se alcanzara alrededor del 2020 lo cual dará lugar a las
máquinas superinteligentes
También se asume que con respecto al software la máquina, también, ha
mejorado mucho; en la IA débil ya las maquinas pueden diagnosticar
células sanguíneas, guiar misiles de crucero y, por fin, pueden vencer a
cualquier jugador de ajedrez. Con respecto al hardware se están
investigando tecnologías de circuito que serán un millón de veces más
potente que el cerebro humano, aunque para muchos el proyecto más
interesante es el de la ingeniería inversa del cerebro humano: escanear
el cerebro desde su interior gracias a billones de minúsculos escáner de
alta resolución o nanobots que pasarán a través de los capilares.
Los defensores de las máquinas inteligentes van mucho más lejos y
sugieren que las propias máquinas construirán computadoras cada vez más
inteligentes, ellos parten de la base de un hardware cada vez más
potente, aceptan que mientras más capacidad de procesamiento tenga, será
más “inteligente”, y quién niega que una máquina inteligente no sea
capaz de aumentar las capacidades de las próximas generaciones
construyendo máquinas cada vez mejores y así infinitamente, sin que el
hombre participe en este proceso. ¿No sería esto el fin de la humanidad?
Hasta hoy se pensaba que la evolución de los seres humanos
continuaría siendo un largo proceso evolutivo, que a través de
mutaciones nos llevaría a individuos mejores –o peores–. Para otros,
este proceso se había detenido y los humanos continuarían siendo los
mismos por los siglos de los siglos. Lo interesante es que la discusión
no termina ahí, nuevas ideas están surgiendo alrededor del futuro de la
humanidad, una de estas teorías es la sustitución del hombre por alguna
entidad superinteligente; media máquina, medio humano, capaz de
continuar con el ritmo acelerado de desarrollo industrial, para el cual
esa “cosa” llamada humano ha quedado obsoleta. Estas ideas no
resultarían tan interesantes de no ser por el hecho de que sus
defensores afirman que estamos en la antesala de una nueva era
poshumana.
Muchos de estos autores ven a las máquinas como inteligencias
fragmentadas, que pueden estar conectadas a una red como sistema
cooperativo, y que esta conexión las lleve a una forma de organización
altamente eficiente, que le permita un “despertar” como una gran
inteligencia (sistemas emergentes). Parten del concepto, que en la
formación del mundo, como sistema evolutivo, ha tenido gran influencia
la noción de “emergencia”, esto es que la integración de elementos que
están en un nivel inferior producirá la transformación a un nivel
superior, que poseerá nuevas propiedades. El concepto de emergencia
plantea cierta indeterminación en el papel de las ciencias relacionadas
con el hombre como las psicológicas, sociales y cognoscitivas. En
nuestros días se ha puesto nuevamente de moda el concepto de
inteligencia “emergente” donde las máquinas producto de su velocidad de
procesamiento llegaran a ser capaces de manipular tal cantidad de
información con lo cual alcanzarán un nivel creciente de “conocimientos”
hasta llegar a despertar como una entidad inteligente.
Conclusión que extraen de la comparación de la evolución de las
máquinas con la de los animales: ya que los humanos fueron el producto
de una larga evolución desde los organismos unicelulares pasando por los
mamíferos hasta llegar al homo sapiens. ¿A partir de qué momento surgió
la inteligencia? ¿Por qué no aceptar que las máquinas también son
organismos en evolución que puedan llegar a “pensar”? Si aceptamos a la
conciencia como la forma de la materia altamente organizada, ¿quién
puede negar que las máquinas sean una nueva forma de la materia
altamente organizada y que en su proceso evolutivo alcancen niveles de
inteligencia incluso superiores a los del hombre?
Presupuestos para una singularidad tecnológica
Vinge define una máquina superinteligente como una máquina capaz de
superar en mucho todas las actividades intelectuales de cualquier humano
independientemente de la inteligencia de este y está convencido que esa
inteligencia superior será la que impulsará el progreso y este será
mucho más rápido e incluso superará a la actual evolución natural, por
lo que aparecerán problemas miles de veces más deprisa que la selección
natural y afirma que estaremos entrando a un régimen radicalmente
diferente de nuestro pasado humano, y a es, a este evento, al que le da
el nombre de singularidad.
En futurología, la Singularidad Tecnológica (algunas veces llamada
simplemente Singularidad) es un posible acontecimiento futuro en el que,
según se predice, el progreso tecnológico y el cambio social se
acelerarán con el desarrollo de una inteligencia sobrehumana de tal
manera que ningún ser humano anterior a dicho acontecimiento podría
comprenderlo o predecirlo.
En general los teóricos del la singularidad definen la
superinteligencia: como cualquier forma de inteligencia artificial
basada en la capacidad del sistema de autoaprendizaje. Estas redes
neuronales artificiales serían capaces de superar a los mejores cerebros
humanos en prácticamente cualquier disciplina, incluyendo creatividad
científica; sentido común, y habilidades sociales. Muchos científicos
han presentado el argumento de que tanto el hardware necesario como el
software requerido para la superinteligencia serán desarrollados en las
primeras décadas del siglo XXI.
A diferencia de los investigadores de la Inteligencia Artificial, que
pensaban que la mente podía ser representada por medio de algoritmos y
que esta podía ser programada totalmente en una computadora. Cree que
las maquinas dado el progreso acelerado de la potencia de su hardware
despertarán en algún momento como una inteligencia, esto nos lleva al
concepto de emergencia basado en que las máquinas serán cada vez más
veloces, tendrán más memoria y que esto emergerá en una nueva
inteligencia. El mismo concepto aplica para Internet, donde las
conexiones entre humanos y maquinas que se comportaran como neuronas
dentro de una gran red, por lo que en cualquier momento de ellas
emergerá una inteligencia (cerebro global).
Vemos que esta idea sigue la tendencia de priorizar el hard sobre el soft y se apoya sobre los siguientes conceptos:
- La evolución de las máquinas es más rápida que la de los humanos,
mientras las máquinas sufren un crecimiento acelerado, la evolución
natural de los humanos está prácticamente detenida.
- La aceleración de las tecnologías se seguirá incrementando hasta llegar a
un punto que escapa a las capacidades de los humanos (singularidad
tecnológica).
- Las máquinas se irán auto construyéndose a sí misma, cada vez más
perfeccionadas, más veloces, con más memorias, dotadas de mejores
algoritmos; podrán llegar a convertirse en máquinas superinteligentes
que superen a los humanos.
- La inteligencia de las máquinas dada la complejidad que irán adquiriendo
y las conexiones internas (circuitos) o externas (redes) podrá
despertar como una entidad auto consciente.
Postulados para el surgimiento de una superinteligencia artificial
Nos acercamos a una singularidad tecnológica donde las tecnologías se
convertirán en una superestructura y participarán de las decisiones del
planeta como una inteligencia más, independientemente de si las personas
se conectan físicamente a la tecnología o no (Ecured), por supuesto,
que esto no tiene porque suceder. Están los que piensan que la solución
es ir cuanto antes a una singularidad tecnológica y los que piensan todo
lo contrario y proponen la prohibición de la mayoría de las tecnologías
emergentes, también, están los que creen que la singularidad
tecnológica no pasa de ser una tecno-utopía y nunca sucederá.
La idea central para que surja una singularidad tecnológica es el
surgimiento de una inteligencia suprahumana. Vinge, utiliza el término
de máquina ultra inteligente y la define como una máquina capaz de
superar en mucho todas las actividades intelectuales de cualquier humano
independientemente de la inteligencia de éste y está convencido de que
esa inteligencia superior será la que impulsará el progreso, el cual
será mucho más rápido e incluso superará a la actual evolución natural.
Destaco esto último, que superara la evolución natural, por lo que
estamos asumiendo que el futuro (después de la singularidad) surgirá una
evolución superior a la actual.
Sabemos, que en la actualidad, la humanidad no se rige totalmente por
la evolución natural sino por una evolución socio-cultural, por suerte
ya no se cumple la ley de la supervivencia al pie de la letra como en
época del hombre de las cavernas y parece como si la ley del mercado
hubiese sustituido a la ley de la selva, y la lucha pasó de los
territorios a los mercados. Tampoco se utilizan los mismos métodos, las
agresiones militares se han ido transformando en agresiones económicas
(sin abandonar las acciones militares). En fin, la lucha por el poder,
con otros métodos, sigue siendo la misma.
Volviendo al tema, estamos hablando de una superinteligencia capaz de
superar a la inteligencia humana en todos los aspectos, yo no estaría
tan seguro de que podría superar a los humanos en todos los aspectos, y
que esta inteligencia artificial sería a su vez capaz de autoprogramarse
y desarrollar programas cada vez más inteligentes y surgiría así una
explosión de inteligencia. Esta es la idea de una singularidad
tecnológica basada en el surgimiento de una superinteligencia artifical.
No olviden que los defensores de una singularidad parten de la idea de
que el cerebro humano no tiene ningún cambio significativo durante
milenios (a diferencia de las máquinas que se asume que pueden
autoconstruirse en versiones cada vez más potentes).
La singularidad se sustenta sobre la idea que las maquinas son cada
vez más veloces y que esta velocidad crece de forma exponencial y parten
que esa velocidad de cálculo superará a la del cerebro.
Un primer postulado es que se puede lograr una inteligencia artificial
por fuerza bruta, o sea que dada la velocidad de la maquina pueda
analizar exhaustivamente todas las posibles soluciones. Este es el caso
del ajedrez, la inteligencia de la maquina se basa en su velocidad para
calcular las variantes, lo cual le permite prever los que puede suceder
en el tablero.
Un segundo postulado, es la emergencia, la cual asume, que debido a la
velocidad en el procesamiento de la información de la máquina, llegará
un momento, que podrá manipular una gran cantidad de información y dada
su complejidad podría, también, despertar como una inteligencia.
Un tercer postulado es que las maquinas al alcanzar cierta inteligencia
serán capaces de construirse a si misma cada vez mejores hasta llegar a
una superinteligencia.
Caminos hacia la singularidad
Cuando se habla de singularidad tecnológica se piensa solo en el
surgimiento de una super inteligencia artificial y se subestiman el
resto de las tendencias y peor aún existe gran confusión sobre que es la
singularidad tecnológica y que es el transhumanismo, y más aun, existen
diferentes posiciones dentro de los defensores de una singularidad
tecnológica, porque no es lo mismo la singularidad que defiende Moravec,
que la singularidad que defiende Kurzweil.
Hace algunos años propuse una clasificación de la singularidad
tecnológica siguiendo la idea de Vinge, quien, en mi opinión tiene la
concepción más clara y abarcadora de la singularidad, tanto la de
Kurzweil como la de Moravec, resultan un poco confusas. En cambio Vinge
separa las singularidades (vías para alcanzarlas) en cuatro tendencias
de acuerdo al tipo de superinteligencia que podía surgir, a las que yo
llamé: superinteligencia artificial, superinteligencia hibrida,
superinteligencia colectiva y superinteligencia biológica.
También, siguiendo a Vinge, trate de ampliar la idea de una
singularidad tecnológica como el momento en que las tecnologías se
convertían en una superestructura capaz de compartir las decisiones del
planeta con los humanos. Pero siempre me quedaba algo confusa la
relación entre las diferentes superinteligencias y si estas podían
coexistir entre sí (eso no le queda claro a nadie), y lo más lógico dado
nuestra actitud ante los problemas actuales que todo lo queremos
resolver por medio de amenazas y sanciones, actitud que nos está
arrastrando a un enfrentamiento mundial de consecuencias impredecibles.
Por eso no sería nada extraño que las superinteligencias también se
enfrentaran aludiendo nuevas causas y justificando el predominio del más
fuerte.
La característica central de este siglo ha sido la aceleración del
progreso tecnológico. Estamos al borde de un cambio comparable a la
aparición de la vida humana sobre la Tierra. Existen diferentes
interpretaciones de la Singularidad de Vinge (la de Kurzweil es una de
ellas), así como las vías para alcanzarla, algunas más próximas y
evidentes, y otras más lejanas y complejas.
Para Vernor Vinge, la causa exacta de este cambio es la creación
inminente de entidades de inteligencia mayor que la humana. Y afirma que
la ciencia puede lograr esta revolución de diferentes modos, y esta es
otra razón para tener confianza en que el evento va a ocurrir. Según su
criterio debería ocurrir entre el 2005 y el 2030.
- Superinteligencia artificial: Pueden desarrollarse computadoras
“conscientes” con una inteligencia equivalente a la humana o superior.
(Hoy existe mucha controversia sobre si podremos crear el equivalente a
un humano en una máquina, pero si la respuesta es “sí”, entonces quedan
pocas dudas de que en seguida podremos construir entidades aún más
inteligentes.).
- Superinteligencia colectiva (o global): Las grandes redes de
computadoras con sus usuarios asociados, pueden despertar como entidades
superinteligentes.
- Superinteligencia hibrida: Las interconexiones entre humanos y
computadoras pueden llegar a tal nivel de profundidad que los que la
usen actúen como superinteligencias.
- Superinteligencia biologica: La ciencia biológica puede lograr métodos que mejore el intelecto humano natural.
Las tres primeras dependen de mejoras en el soporte físico (hardware)
de las computadoras, el cual ha seguido una curva de crecimiento
increíble en las últimas décadas. Por lo que le da más importancia al
hardware de la computadora que a sus programas y se concentra en la
creación de máquinas inteligentes independientes de si emulan la mente
humana (IA débil). Es más, lo dice rotundamente, cuando afirma que
existen otros caminos diferentes a la IA para llegar a la superhumanidad
y a esta otra aproximación él le llama amplificación de la
inteligencia, la cual se está sucediendo de una forma natural, cada vez
que se mejora nuestra capacidad para acceder a la información y para
comunicarnos. Esto nos lleva a la conclusión de una inteligencia
“emergente” que podrá surgir de un momento a otro. Por lo que se
desprende que para Vingen la inteligencia en las computadoras va a
surgir de forma espontánea y que estará basada principalmente en la
velocidad de las computadoras, idea ya antes formulada por Moravec.
Las máquinas inteligentes (concebidas dentro de la IA débil) permiten
una serie de conclusiones que serían imposibles dentro de las
concepciones de la IA fuerte. Una de las ideas más importantes es la
emergencia, las maquinas pueden seguir su propio esquema evolutivo de
entidades cada vez más inteligentes hasta llegar a superar la
inteligencia humana, sin necesidad de copiar a la mente humana. Si
tratáramos de copiar a la mente humana como propone la IA fuerte, esta
estaría limitada por la propia inteligencia del hombre, jamás podría ser
más inteligente que el “original” en todo caso igualarlo.
La idea de la singularidad como se sustenta sobre la base del
hardware, asume que las máquinas superaran al hombre por su rapidez a la
hora de pensar, pero no se tiene en cuenta la flexibilidad del cerebro.
La idea es muy sencilla, siempre todas las expectativas se han basado
en alguna interpretación parcial de algún logro y ahora está en la
palestra la posibilidad de que las máquinas de jugar ajedrez superan al
hombre, y esto no es porque la máquina pueda ser más “creativa”, no,
esto se basa en la velocidad de la computadora (hard) para analizar las
posibles variantes y de encontrar la mejor respuesta (claro que esto es
heurística pura) y hace rato que la inteligencia artificial desechó la
heurística como único método de lograr máquinas inteligentes (Vinge le
llama superinteligencia débil a la que se basa únicamente en la rapidez
de pensamiento).
Por otra parte, Vingen, considera que el poder y la influencia de
Internet están siendo muy poco considerados: “La total anarquía de la
red mundial es una evidencia de su potencial. A medida que crecen la
conectividad, el ancho de banda, el tamaño de la capacidad de archivo y
la velocidad de proceso (su habilidad para comunicarse en anchos de
banda variables, incluyendo algunos mucho más elevados que la voz o los
mensajes escritos). ¿Qué pasará cuando partes de un ego pueden ser
copiadas y unidas a otras, cuando la autoconsciencia puede aumentar o
disminuir para aproximarse a la naturaleza del problema bajo
consideración? Es algo parecido a una biosfera recapitulada como un
procesador de datos, pero un millón de veces más rápida y con millones
de humanos como agentes inteligentes (nosotros mismos)”.
Vingen también propone una inteligencia superhumana fuerte, la cual
podría parecerse a una Sociedad de la Mente (idea de Minsky) con varios
componentes muy calificados, donde algunos de esos “equivalentes
humanos” podrían ser usados nada más que para procesamiento digital de
señales. Y agrega: “para aquellos que no hayan cambiado (los que decidan
seguir siendo humanos) el logro será un trato benigno, quizás dándoles
la apariencia de ser los dueños de unos semidioses esclavos (las
máquinas superinteligentes)”.
La singularidad tecnológica fue propuesta por Vernor Vinge en 1993,
desde entonces ha llovido bastante, y se hace necesario revisar algunos
conceptos sobre la singularidad tecnológica y su clasificación como
posibles superinteligencias.
- La primera vía. El surgimiento de una superinteligencia basada en la
idea de que las máquinas dado el crecimiento veloz que tiene el hardware
(ley de Moore) tendrán cada vez más capacidad de memoria y más
velocidad de procesamiento de la información y llegará un momento en que
igualará y luego superará la velocidad del cerebro, este es el
principio básico del que partió Vinge, para el surgimiento de una
singularidad tecnológica; donde se maneja el concepto de una
inteligencia que emerge de forma espontánea y adquiere consciencia de sí
misma. Estamos hablando de que los humanos sean capaces de construir
una inteligencia artificial que los iguale y que después, esta
inteligencia no humana, sea capaz de superarse a si misma a la que yo
denomino como superinteligencia artificial.
- La segunda proviene de la idea del Ciborg donde se fusiona el
organismo humano con los mecanismos cibernéticos. Y es que, la idea de
crear una inteligencia artificial partiendo de cero, para muchos resulta
una tarea casi imposible, en cambio, parece más lógico aprovechar la
creación de la naturaleza y trabajar sobre ella. Resulta obvio. ¿Por qué
no aprovechar el camino recorrido por la inteligencia humana en lugar
de crear una nueva? Son muchos los que piensan así y prefieren trabajar
en aras de una inteligencia híbrida donde se combine lo mejor de los
humanos con lo mejor de las máquinas y con ello trascender la condición
humana y superar sus límites biológicos y con ello el surgimiento de una
nueva inteligencia poshumana, a la que nombro como superinteligencia
hibrida.
- En tercer lugar la que más se aplica actualmente, y la menos
divulgada como posible superinteligencia y surge de las redes cada vez
más complejas que se irán conformando debido a la relación entre
humanos, y entre humanos y maquinas, en la que Internet está jugando un
papel importante dada las aplicaciones en el contexto de la Web 2.0 y de
la naciente Web 3.0. No se puede ignorar el impacto que está teniendo
la Web social y la gran cantidad de conocimiento que se está
compartiendo en las Wikis, redes sociales y blogs, que se podrían ir
auto organizando por medio de la Web semántica, conduciéndonos a una
superestructura tecnológica de la cual emergerá una superinteligencia,
como consecuencia de las complejas conexiones lógicas (y no física), que
será producto de la cooperación entre humanos y máquinas. Muchos la
conocen como cerebro global, siguiendo las ideas de Pierre Levy,
prefiero llamarla superinteligencia colectiva.
- Mientras las tres anteriores están relacionadas con las tecnologías
conexas, aquellas que no se fundamentan en las ciencias de la vida, pero
que tienen una incidencia importante sobre esta (Nanotecnología,
Robótica, Inteligencia Artificial, etc.); en cambio, esta última, surge
producto del desarrollo de la biología, ya que cifra sus esperanzas en
la ingeniería genética. Aquí se manejan conceptos, muy debatidos en la
actualidad, como el de eugenesia negativa o positiva o el de la
clonación. En general se aspira al humano mejorado (humano+) por medio
de la bioingeniería, la misma, irá conduciendo a la humanidad a una
fusión progresiva y menos radical que la hibrida, aquí respetando a
Vinge, la defino como superinteligencia biológica.
Últimamente prefiero hablar de una simbiosis entre humanos y
tecnologías, lo cual me aclara muchos de los conceptos que hasta ahora
me parecían algo confusos, antes de seguir hablando de la simbiosis,
prefiero aclarar algunos conceptos y confusiones entre singularidad
tecnológica y transhumanismo. Son muchos los que hablan de
transhumanismo, humano mejorado y singularidad tecnológica como si fuera
lo mismo. En realidad hay intenciones muy diferentes entre uno y otro, y
también aspiraciones y consecuencias diferentes.
Para los transhumanista la esencia de sus postulados radican en
alcanzar la superhumanidad, ellos buscan, por medio de las tecnologías,
superar sus límites humanos y lograr ser más inteligentes, más fuertes,
más bellos, saludables, etc. La singularidad tecnológica se sostiene
sobre la idea de que las máquinas sean cada vez más inteligentes hasta
igualar a los humanos y luego superarlos. Según Moravec, esto es un
proceso inevitable, ya que la evolución de las máquinas (progreso
tecnológico) es superior a la evolución humana y ve a las máquinas como
las herederas naturales del planeta. En cambio, Kurzweil, ve las
ventajas que esto reportará para los humanos, ya que esa
superinteligencia artificial, muy superior a la humana, será capaz de
resolver los grandes problemas que los humanos no han podido resolver, y
está convencido de que la inmortalidad será posible.
Critica a la singularidad
Según sus defensores la singularidad debe acontecer antes del 2030.
El tiempo que resta antes de que se llegue a ese fenómeno se acelera con
la utilización de máquinas para apoyar tareas de diseño o mejoras de
diseño de nuevos inventos. Una vez llegado al punto en que se cree una
inteligencia superior a la humana, se entraría en una etapa poshumana
que probablemente conduzca a la extinción de la humanidad o a su
subordinación a esos nuevos entes inteligentes. Aunque, para muchos,
resulta ingenuo, creer que los aciertos de la IA surjan de métodos tan
simples como búsqueda por fuerza bruta, y que la contribución más
importante para el avance de la IA haya sido la Ley de Moore y los
aumentos implacables en la velocidad de la computadora.
¿Hay alguna razón que nos pueda llevar a pensar que será así? Hoy la
máquina supera al campeón del mundo en ajedrez, no sería esto razón
suficiente. Sin embargo la máquina no utiliza la misma forma de pensar
que el humano, su fuerza se basa en su velocidad de cálculo que le
permite explorar de forma casi exhaustiva todas las variantes además,
por supuesto, de contar con valoraciones estratégicas, pero lo que la
hace invencible es su velocidad para calcular las variantes, lo que se
llama algoritmo de fuerza bruta. Pero, esto apoya la tesis que según las
máquinas mejoren su hardware obtendrán resultados mejores así, hasta
superar a los humanos en todas sus facetas.
Comencemos por la artificial. ¿Estará el hombre dispuesto a construir
una inteligencia no humana que lo supere? “Si no trabajamos en las
tecnologías inteligentes alguien lo hará”. O sea que las necesidades del
mercado y la competencia que esta genera, nos llevará inevitablemente a
el desarrollo de inteligencias artificiales (IA) superior a la humana. Y
no hemos mencionado la carrera armamentista, que tampoco se detendrá.
La única preocupación, radica, en que estas ideas no se lleven a
cabo, con la prontitud requerida, debido a las acciones que puedan
desplegar los llamados “luditas” o “bioluditas”. Que son aquellos que
proponen la prohibición de aquellas tecnologías que puedan significar un
riesgo para la humanidad. Sin dudas una IA superior a la humana es un
peligro para los humanos, si aceptamos que vivimos en una sociedad
basada en la competencia y en la lucha por el poder. Otros afirman que
las ventajas son tantas que vale la pena correr los riesgos, pero
algunos piensan que nos adentraremos en una aventura cuyas consecuencias
son impredecibles.
Entre las críticas al surgimiento de una inteligencia artificial,
está la de Roger Penrose quien establece diferencias entre el
funcionamiento de un ordenador, que es capaz solamente de un
razonamiento algorítmico basado en secuencias lógicas, y el
funcionamiento del cerebro humano, que es capaz de estar abierto a la
imp Los investigadores de IA, siguen creyendo que, aunque pueda tomar
décadas para aclarar todos los detalles, no hay nada adicional
subyacente en el pensamiento: es solo tratamiento de la información. Y
siguen aferrados a la metáfora de que el cerebro es equivalente al
hardware de una computadora, por lo que es totalmente factible
transferir la mente de un soporte (el cerebro) a otro (la máquina).
En cambio, los expertos en computación tradicional no pueden creer
que las computadoras relativamente simples, en las que se ejecutan sus
programas, se almacenen sus bases de datos, sus gráficos; que requiere
de un sistema operativo y opera sobre algoritmos numéricos; puedan ser
también el sustrato donde se puedan ejecutar los complejos procesos de
la mente humana.
La idea de la fusión responde al sueño de los transhumanistas de
lograr un humano mejorado. El transhumanismo es un movimiento
tecnológico, que, según Nick Bostrom, afirma la posibilidad y el deseo
de mejorar, en modo fundamental, la condición humana a través de la
razón aplicada, especialmente por medio del desarrollo y la puesta a
disposición de tecnologías para eliminar el envejecimiento y potenciar
grandemente las capacidades humanas, intelectuales, físicas y
psicológicas.
La definición de una superinteligencia colectiva nos lleva a tomar la
posición de los que creen que podrá surgir una supeinteligencia no
humana y, de alguna forma, a estar de acuerdo con los presupuestos
transhumanistas. Y surge de la idea del cerebro global, que además de
tener como soporte la metáfora del cerebro, también parte la creencia de
una inteligencia colectiva. Tal como la define Pierre Levy, una forma
de inteligencia universalmente distribuida, constantemente realizada,
coordinada en tiempo real, y resultando en la movilización efectiva de
habilidades que de forma cooperada pueden conformar una inteligencia;
como sucede con las sociedades de las hormigas.
Pienso que el surgimiento de una superinteligencia superior al
humano, fíjense que digo superior al humano y no a la humanidad, será un
proceso inevitable, el problema radica en tomar las decisiones correcta
y en aprender a manejarnos con una inteligencia; capaz de integrarse y
colaborar con los humanos, en lugar de ser una amenaza que
inevitablemente nos irá desplazando.
Otra de las proyecciones del transhumanismo es la carga de la mente,
la transferencia de la conciencia humana o de la personalidad en otro
sustrato, por ejemplo; a una supercomputadora. Idea que parece extraída
de la ciencia ficción y que hoy en día parece irrealizable. Para los
defensores de la singularidad tecnológica esta es una de sus
predicciones futuras favoritas, ellos parten de una visión mecanicista
del hombre, según la cual el cerebro y sus funciones se pueden reducir a
un sistema de procesamiento de información y han formulado la hipótesis
de una existencia post-biológica y aspiran realizar un escaneo de la
matriz sináptica de un individuo y reproducirla dentro de una
computadora, lo que permitiría emigrar cuerpo biológico a un substrato
puramente digital y con ello obtener varias copias de la matriz
sináptica del cerebro, y así, alcanzar periodos de vida ilimitado. Para
su realización afirman que se requiere del uso de una Nanotecnología ya
madura, aunque, hay, también, otras formas menos extremas de fusionar la
mente humana con la computadora y hoy día se están desarrollando
interfaces del tipo neuro/chip. Esta tecnología está en sus pasos
iníciales y sueñan en un futuro poder conectarse en forma directa al
ciberespacio.
Son muy pocos los que analizan la posibilidad de sociedades en las
cuales hombres y máquinas vivan de forma cooperativa y que dadas sus
diferencias, que son evidentes, puedan complementarse y realizar las
tareas para la cual cada uno está mejor capacitado. Por otra parte, se
ignoran las posibilidades de desarrollo del cerebro, el que, al igual
que la máquina no se utiliza en toda su potencia y esta capacidades
podrían ser estimuladas y ampliadas. En cambio son muchos los que creen
que las máquinas vendrán a sustituir a una humanidad decadente y sin
futuro, y piensan que solo las máquinas estarán a la altura del mundo
posmoderno o posindustrial que se avecina.