lunes, 27 de octubre de 2014

El desafío de la inteligencia artificial (2)

Hoy el temor se centra en una inteligencia artificial capaz de superar a los humanos y los peligros que esto conlleva.

 

SuperIAAhora la pregunta es, si surgirá una inteligencia artificial (IA) superior a la inteligencia humana. ¿Ya está la IA madura como por fin lograr la ansiada inteligencia artificial que iguale o supere a los humanos? Y surge otra pregunta tendrá consciencia esa superinteligencia?
Cuando hablamos de una superinteligencia artificial está implícito que tendrá una consciencia, no concebimos la inteligencia separada de la consciencia. Aunque yo no creo que tenga porque ser así. Y este es otro punto de vista, ¿se necesitara construirle una consciencia a las máquinas? ¿O esta emergerá por si misma?
Los argumentos para la creación de una IA han ido cambiando a lo largo del tiempo, al igual que las expectativas.

El paradigma simbolista

A finales de los 50, después de la arremetida contra la cibernética, surge la inteligencia artificial, como una ciencia en sí misma, basada en la idea de construir programas capaces de emular con la inteligencia humana. Entonces, se consideraba que la mente estaba compuesta por complejos algoritmos y que el cerebro era centro donde se procesaba la información, por lo que las investigaciones se orientaran a descifrar los programas que conforman los estados mentales o sea describir los conceptos en forma algorítmica. Para ello se desarrollaron nuevos programas basados en la lógica y la semántica del pensamiento humano. El paradigma simbólico o simbolista.

No podían faltar las predicciones, y muchos investigadores, a principio de los 60, afirmaron que en los años 80 se habría alcanzado una inteligencia artificial que no se diferenciaría de la humana. Demás esta decir que eso nunca se logró. Pero las esperanzas no se perdieron y en los 70 surgió una de las aplicaciones que mas expectativa despertó en la comunidad de IA: los sistemas expertos, los cual crearon una fiebre parecida a la del oro, y muchas empresas se lanzarón al desarrollo de sistemas expertos con fines comerciales. Pero, el proyecto más interesante, fue el proyecto japonés de quinta generación, con el cual esperaban construir una tecnología, soportada sobre el lenguaje prolog, capaz de manipular conceptos como lo hace la mente humana, una máquina basada en inferencia por segundos . Todos estos proyecto fracasaron y en los años 90, la decepción no se hizo esperar. Los investigadores de la IA se dieron cuenta que algo estaba mal.

El paradigma conexionista

Las críticas sobre el paradigma simbolista fueron en exceso duras y fueron muchos los que lo abandonaron, incluido el sueño de hacerse rico con los sistemas expertos. Ya nadie creía en una heurística general que resolviera todos los problemas, ni en encontrar una representación algorítmica adecuada a la resolución de problemas, tampoco el aprendizaje automático rendía los frutos esperados, y los sistemas expertos se hacía demasiado costosos debido a la necesidad de estar actualizando constantemente su base de conocimientos, dado su falta de contacto con el entorno (alguien los llamo sistemas autistas). Por lo que se abandonó la simulación por medio de símbolos y algoritmos de la mente de la mente por la simulación de las conexiones del cerebro, entre otros métodos conexionistas como los algoritmos genéticos, los agentes inteligentes, etc.
Ahora en lugar de buscar la representación del conocimiento humano (Ver Conocer de Francisco Valera) se buscaba la representación de elementos no inteligentes (neuronas, agentes, genes) que son capaces de ir conectados entre si para darle solución a un problema. Conexiones que se van almacenando como un aprendizaje. Esta flexibilidad permite que estos sistemas no dependan de una ingeniero de conocimientos que los este alimentando constantemente, además rompen con el esquema secuencial de paradigma simbólico que obliga a contar con una máquina de inferencia que vaya ejecutando las reglas, ahora estos entes (neuronas, agentes, genes) son se capaces de conectarse entre si y de ajustarse al problema e ir guardando su experiencia.

Siendo las redes neuronales en las que más se está trabajando. Pero surgía un nuevo problema, como simular las conexiones del cerebro en una computadora que no alcanza la velocidad de procesamiento del cerebro. Aquí surge Moravec, de quien ya hablamos, quien hace una comparación entre la velocidad de procesamiento del cerebro y la velocidad de procesamiento de la máquina, Moravec y el fin de la especie humana, y según Moravec, para el 2020 se alcanzara la equivalencia entre el cerebro humano y la máquina.

La explosión de inteligencia

Lo anterior ha ido conduciendo a un nuevo enfoque de la IA, lo cual ha divido a los investigadores de IA en dos grupos, los que defienden la explosión de la inteligencia (cuando las maquinas superan e igualan al humano) por medio del software (los programas) y los que creen en la velocidad del hardware. Y ante la dificultad que han venido desarrollando la programación de una IA tanto desde el paradigma simbolista como el conexionista, muchos investigadores se inclinan por la velocidad del hardware, y con ello la idea de construir máquinas cada vez más potentes y que en un futuro próximo (después del 2020) serán capaces de igualar la velocidad de procesamiento de información del cerebro, basándose en la inteligencia artificial fuerte. En realidad, el proyecto de crear una superinteligencia consiste en que una vez que las máquinas alcancen la inteligencia humana, ellas sean capaces de construirse a si mismas cada vez mejores
En cambio los defensores de una explosión de inteligencia por medio del software, son más moderados (con excepción de Minsky y de Google que a ratos parecen contradecirse) y no están dispuestos a seguir arriesgándose públicamente, a pesar del las aplicaciones que se han logrado por medio de las redes neuronales en los últimos tiempos.

Viabilidad de la inteligencia artificial (IA)

En el artículo anterior habíamos visto la viabilidad de una inteligencia artificial ya que para muchos esa será la forma más rápida de alcanzar la inteligencia artificial. Hoy la máquina supera al campeón del mundo en ajedrez, no sería esto razón suficiente. Sin embargo, ya hemos visto que la máquina no utiliza la misma forma de pensar que el humano, su fuerza se basa en su velocidad de cálculo que le permite explorar de forma casi exhaustiva todas las variantes, además, por supuesto, de contar con valoraciones estratégicas, pero lo que la hace invencible es su velocidad para calcular las variantes, el algoritmo de fuerza bruta. Pero, esto apoya la tesis que según las máquinas mejoren su hardware obtendrán resultados mejores así, hasta superar a los humanos en todas sus facetas.

A diferencia de los padres de la Inteligencia Artificial, que pensaban que la mente podía ser representada por medio de algoritmos y que esta podía ser programada totalmente en una computadora. Creen que las maquinas dado el progreso acelerado de la potencia de su hardware despertarán en algún momento como una inteligencia, esto nos lleva al concepto de emergencia basado en que las máquinas serán cada vez más veloces, tendrán más memoria y que esto emergerá en una nueva inteligencia. El mismo concepto se aplica para Internet, donde las conexiones entre humanos y maquinas se comportaran como neuronas dentro de una gran red, por lo que en cualquier momento de ellas emergerá una inteligencia (cerebro global).

Personalmente me deja cierta preocupación que los aciertos de la IA surjan de métodos tan simples como búsqueda por fuerza bruta, y que la contribución más importante para el avance de la IA haya sido la Ley de Moore y los aumentos implacables en la velocidad de la computadora.

En cambio los investigadores de IA, siguen creyendo que, aunque pueda tomar décadas para aclarar todos los detalles, no hay nada adicional subyacente en el pensamiento: es solo tratamiento de la información. Y siguen aferrados a la metáfora de que el cerebro es equivalente al hardware de una computadora, por lo que es totalmente factible transferir la mente de un soporte (el cerebro) a otro (la máquina).

Hay quienes afirman que la idea de crear una inteligencia artificial partiendo de cero, resulta una tarea casi imposible, en cambio, parece más lógico aprovechar la creación de la naturaleza y trabajar sobre ella. Parece obvio. ¿Por qué no aprovechar el camino recorrido por la inteligencia humana en lugar de crear una nueva? Son muchos los que piensan así y prefieren trabajar en aras de una superinteligencia híbrida donde se combine lo mejor de los humanos con lo mejor de las máquinas.

En general los teóricos del la singularidad definen la superinteligencia: como cualquier forma de inteligencia artificial basada en la capacidad del sistema de autoaprendizaje. Estas redes neuronales artificiales serían capaces de superar a los mejores cerebros humanos en prácticamente cualquier disciplina, incluyendo creatividad científica; sentido común, y habilidades sociales. Muchos científicos han presentado el argumento de que tanto el hardware necesario como el software requerido para la superinteligencia serán desarrollados en las primeras décadas del siglo XXI (Inteligencia artificial, el futuro del hombre).

Veamos los presupuestos que se tienen en cuenta para lograr una explosión de inteligencia basada en el hardware:
• La evolución de las máquinas es más rápida que la de los humanos, mientras las máquinas sufren un crecimiento acelerado, la evolución natural de los humanos está prácticamente detenida.
• La aceleración de las tecnologías se seguirá incrementando hasta llegar a un punto que escapa a las capacidades de los humanos (singularidad tecnológica).
• Las máquinas se irán auto construyéndose a sí misma, cada vez más perfeccionadas, más veloces, con más memorias, dotadas de mejores algoritmos; podrán llegar a convertirse en máquinas superinteligentes que superen a los humanos.
• La inteligencia de las máquinas dada la complejidad que irán adquiriendo y las conexiones internas (circuitos) o externas (redes) podrá despertar como una entidad auto consciente.

Ahora mencionemos las ventajas que tendrá el surgimiento de la IA. Moravec, destaca las siguientes:
• Aumentar la velocidad de cálculo
• Extender la vida
• Vivir en un espacio reducido; en una computadora
• Viajar a la velocidad de la luz
• Incrementar los conocimientos; podrían aumentar su memoria, agregar nuevos sentidos, etc.
• Aprender y comunicarse directamente; comunicación directa mente a mente.

Riesgos de la IA

Hoy son varios los escenarios que pone en peligro a la raza humana entre los que se destacan, la degradación del planeta y el desarrollo acelerado de las tecnologías, que cada vez responde menos al desarrollo humano, y parece escapar a todo control. Siendo la aceleración tecnológica representa un mayor peligro que el deterior del planeta.

El director del instituto, el filósofo sueco Nick Bostrom, en el documento Riesgo existencial como prioridad global, argumenta que los dirigentes internacionales tienen que prestarle mucha atención a una serie de amenazas y advierte: “lo que está en juego no puede ser más importante: si nos equivocamos, éste puede ser el último siglo de la humanidad”. A lo que insiste “Son amenazas sobre las que no tenemos historial de supervivencia”. Y agrega: “Estamos al nivel de los niños en términos de responsabilidad moral, pero con la capacidad tecnológica de adultos”.

Señalemos algunos de los riesgos existenciales:
• Inteligencia artificial mal programada.
• Mal uso de la nanotecnología.
• Mala utilización de la biotecnología.
• Uso generalizado de las prótesis (convirtiéndose en un robot)
• Tecnologías autónomas que se escapan de las manos (máquinas que se auto construyen a si mismas)

Daniel Dewey, quien se enfoca en superinteligencia artificial, habla de una “explosión de inteligencia” en la que el poder acelerado de las computadoras se vuelve menos predecible y controlable. “La inteligencia artificial es una de las tecnologías que pone más y más poder en paquetes más y más pequeños”, dice, quien antes trabajó en Google. “Así como con la biotecnología y la nanotecnología, se pueden hacer cosas que resultan en reacciones en cadena, y con muy pocos recursos se pueden emprender proyectos que pueden afectar a todo el mundo”.

El progreso tecnológico ha ido pasando de las herramientas, las máquinas manejadas por el hombre, a las máquinas autónomas cada vez más inteligentes (según avancen las técnicas de inteligencia artificial) que irán inevitablemente formando parte de la vida social de los humanos, ya no como herramientas o máquinas (automóviles, computadoras, grúas, etc.) sino como máquinas superinteligentes capaces de tomar decisiones junto a los humanos. Ahora, la pregunta es: ¿estamos preparado para ese futuro?

Hasta ahora estamos apostando por el progreso tecnológico y se ha ignorado el progreso humano, de ahí las consecuencias que se vislumbran hacia una tecnología fuera de control. Podemos afirma que vamos a ciegas hacia el futuro y resulta significativo que un pionero de la ideología transhumanista, como Nick Bostrom, comience a preocuparse de las consecuencias imprevista de la aplicación sin control de las tecnologías.

Como he dicho en otras ocasiones, el problema no es de si podemos controlar a la IA sino de cuáles son nuestros intereses y cuales nuestros ideales, pienso que el verdadero problema está más en nuestra propia mentalidad y en lo que esperamos de las máquinas, ya que estas se insertarán en nuestro contexto; o como un colaborador, si somos capaces de serlo; o en un competidor, si seguimos enfrentándonos los unos a los otros. Tampoco creo que los expertos desde sus centros de investigación puedan encontrar los mejores resultados, los problemas nunca se han podido resolver con propuestas, y sobre todo si estas no van a la causa de los problemas: nuestra mentalidad individualista, consumista, competitiva y hegemónica, que nos lleva a vivir en constante enfrentamiento. Ahora, ¿quien le pone el cascabel al gato? Los problemas siguen “vivitos y coleando”, y como solución se propone una tecno-utopía, donde las tecnologías vendrán a resolver todos los problemas como por arte de magia, ya no hay que preocuparse del medio ambiente, de la contaminación, de los enfrentamientos, de la pobreza… Por supuesto que este super-optimismo no convence a casi nadie, pero se está convirtiendo en una esperanza en un mundo carente de grandes ideales y donde el consumismo y el TENER (en lugar del SER) se han convertido en la primera premisa de la humanidad.

viernes, 24 de octubre de 2014

El desafío de la inteligencia artificial (1)

418El desarrollo de la inteligencia artificial puede ser el mayor logro de la humanidad… Pero también el último.
Stephen Hawking

La idea de un mundo fuera de control donde surge una inteligencia superior a los humanos e independiente de los intereses humanos al estilo Moravec, sin dudas, es demasiado peligrosa (por no decir descabellada). Ahora dado el desarrollo acelerado de las tecnologías, estas nos van a superar en muchos aspectos (conscientes o no) por lo que algunos ven como única solución una fusión entre humanos y tecnologías (Cyborg).

Y es que todo indica que la aceleración de las tecnologías y su propio progreso, nos llevara a una simbiosis entre humanos y tecnologías, siendo la singularidad la simbiosis menos favorable ya que el ser humano se hace dependiente de las tecnologías (para algunos esto es lo mejor que nos puede pasar). Para comprender las ideas de Kurzweil más moderadas hay que comprender las ideas más radicales de Hans Moravec.
Moravec es el más fervoroso defensor de la era de los robots quienes serán los herederos del planeta. Considera el fin de la especie humana como inevitable debido a causas naturales: volcanes, epidemias, choque con meteoritos, etc., y considera que la solución es acelerar la extinción de los humanos y el surgimiento de una nueva especie producto de una evolución artificial: los robots.

A diferencia de Vinge quien acepta que la singularidad puede no suceder, Moravec esta convencido que las máquinas superaran a los humanos y los deslazarán de su lugar predominante. Al igual que Vinge se basa en el crecimiento acelerado de las máquinas en su evolución que, en poco tiempo, han alcanzado resultados que a los humanos les ha llevado siglos de evolución.

Moravec se fundamenta en la velocidad de las máquinas o sea en las operaciones o instrucciones por segundo que esta realiza, las cuales han ido aumentando desde 1971 que solo alcanzaban las 1000 instrucciones por segundo (1 MIPS) pasando por 10 y 100 MIPS en los 90s hasta llegar a más de las 1000 MIPS en la época actual y partiendo de ese crecimiento acelerado Moravec asume que alrededor del 2020 las máquinas habrán alcanzado los 100 millones de MIPS, que según sus cálculos basados en la metáfora del cerebro como procesador de información, para entonces, se logrará alcanzar la capacidad del cerebro humano y a partir de este momento, los humanos inevitablemente serán superados por las máquinas.

Al igual que Vinge, asume que será el mejoramiento del hardware la vía más directa para alcanzar la inteligencia artificial y que una vez que se superen las operaciones por segundo que realiza el cerebro, las máquinas “emergerán” como una superinteligencia”. Lo cual se asume por analogía con la humanidad, la que en un punto dado de su evolución “emergió como un ser inteligente”, de lo que se desprende que las máquinas también evolucionaran por una vía artificial hasta llegar a suplantar a los humanos.

Moravec, encuentra una justificación para sus ideas al considerar a los robots como una continuación de nosotros mismos y no significaran una extinción más de lo que una nueva generación de niños provoca la extinción de la generación que le precedió. Y afirma que los ellos serán “nuestros hijos mentales”.
Y va más allá cuando dice que las máquinas no se quedaran en un mero interés también, serán capaces reconstruirnos átomo a átomo y crear nuevos modelos de civilizaciones humanos. Afirmación que nos lleva que la humanidad es una simulación diseñada por las maquinas (nuestros hijos mentales). Moravec cree que pueden existir muchas versiones de humanos viviendo en mundos artificiales.

Para Moravec la raza humana esta seguramente extinta y lo que vivimos es una simulación. ¿Entonces? Regresamos a la religión y a la idea de un dios perfecto que crea un mundo imperfecto. Como es posible que esas máquinas perfectas hayan creado un mundo tan imperfecto del que se queja Moravec cuando dice:
“La forma humana no está diseñada para ser un “científico”, dice. Nuestra capacidad mental es extremadamente limitada. Tienes que padecer todo tipo de entrenamientos “no naturales” para lograr un cerebro medianamente adecuado para este tipo de trabajo… Vives apenas lo suficiente para comenzar a comprender las cosas antes de tu cerebro empiece a deteriorarse. Y entonces, te mueres.”

Moravec es un nuevo mesías que está convencido de la superioridad de las máquinas y que ese es el único futuro posible y ve a la tecnología como la forma de transformar al ser humano en algo más grandioso y cree que la grandeza y el poder de su destino excede todo los límites, por lo que afirma que su propósito es empujar las cosas hacia ese destino. La conclusión es sencilla; la especie humana ya se agotó y su final es inevitable y con ello el fin de todas las especies las cuales serán sustituidas por entidades artificiales que dará inicio a un nuevo progreso: el progreso tecnológico, en el que no hay lugar para los humanos.

 La característica central de este siglo ha sido la aceleración del progreso tecnológico. Estamos al borde de un cambio comparable a la aparición de la vida humana sobre la Tierra. La causa exacta de este cambio es la creación inminente de entidades de inteligencia mayor que la humana.

La idea de una sigungularidad de Vernor Vinge la sustenta sobre la ley de Moore que dice que la capacidad de los microchips de un circuito integrado se duplicara cada dos años, lo cual traerá un crecimiento exponencial de la potencia del hardware de las computadoras y de mantenerse este crecimiento acelerado lo cual conducirá inevitablemente a que las máquinas le den alcance y luego superen la capacidad del cerebro para procesar la información y según un grafico elaborado por Hans Moravec la paridad entre el hardware y el cerebro se alcanzara alrededor del 2020 lo cual dará lugar a las máquinas superinteligentes.

Se esta hablando del surgimiento de una superinteligencia artificial superior a la inteligencia humana, dado el crecimiento veloz que tiene el hardware y no en el desarrollo de programas que emularan la inteligencia humana como se pretendía en los primeros años de la Inteligencia artificial. Además, se parte de una inteligencia artificial fuerte que asume que la consciencia es codificable (consideran que los estados mentales son algoritmos altamente complejos).

Vinge define una máquina superinteligente como una máquina capaz de superar en mucho todas las actividades intelectuales de cualquier humano independientemente de la inteligencia de este y está convencido que esa inteligencia superior será la que impulsara el progreso y este será mucho más rápido e incluso superará a la actual evolución natural, por lo que aparecerán problemas miles de veces más deprisa que la selección natural y afirma que estaremos entrando a un régimen radicalmente diferente de nuestro pasado humano, y a ese evento al que le da el nombre de singularidad tecnológica.

Postulados para el surgimiento de una superinteligencia artificial

Un primer postulado es que se puede lograr una inteligencia artificial por fuerza bruta, o sea que dada la velocidad de la máquina pueda analizar exhaustivamente todas las posibles soluciones. Este es el caso de muchos juegos, tales como las damas, el ajedrez, etc., aquí la inteligencia de la máquina se basa en su velocidad para calcular las variantes, lo cual le permite prever los que puede suceder en el tablero.

Un segundo postulado, es la emergencia, la cual asume, que debido a la velocidad en el procesamiento de la información de la máquina, llegará un momento, que podrá manipular una gran cantidad de información y dada su complejidad podría, también, despertar como una inteligencia.

Un tercer postulado es que las máquinas al alcanzar cierta inteligencia serán capaces Aunque Vinge hace hincapié en el surgimiento de una inteligencia artificial que por el desarrollo del hardware es capaz de superar a los humanos, también plantea otras vías para alcanzar una superinteligencia superior a la de la humanidad actual y vaticina que será una realidad en un futuro cercano, antes del 2030, y se podrá lograr esta revolución de cuatro maneras diferentes, razón para tener confianza en que el evento va a ocurrir.

Partiendo de las posibles vías para alcanzar la superinteligencia me di a la tarea de clasificarlas:

Superinteligencia artificial: El surgimiento de una superinteligencia artificial basada en la idea de que las máquinas cada vez tienen más capacidad de memoria y más velocidad de procesamiento de la información, llegará un momento en que igualará y luego superará la velocidad del cerebro, esta es la idea predilecta de Ray Kurzweil, del cual hablaremos en un próximo articulo.

Superinteligencia hibrida: Aspira a la fusión entre humanos y tecnologías por medio de la interconexión entre humanos y computadoras, tales como, prótesis, implantes de chip, etc. Estamos ante la idea de una transhumanidad que transcienda a la condición humana y con ello superar todos los límites de la especie humana y dar surgimiento a una nueva especie posthumana. Esto nos conduce a una singularidad donde humanos y máquinas se fusionan.

Superinteligencia colectiva: Surge de las redes cada vez más complejas que se irán conformando debido a la relación entre humanos y tecnologías. Sigue las ideas Pierre Levy de una inteligencia colectiva, en la que Internet está jugando un papel importante y ya algunos están hablando del surgimiento de un cerebro global que se está formando desde ahora en el contexto de la Web 2.0 y de la naciente Web 3.0, lo cual nos lleva a la formación de una superinteligencia que se forma por la interacción social entre humanos cada vez mejores y máquinas cada vez más inteligentes.

Superinteligencia biológica: Mejoramiento humano por bioingeniería sobre todo modificaciones genéticas, dado que es una inteligencia mejorada por medio de la biología. surge producto del desarrollo de la biotecnología lo que ira conduciendo a la humanidad a una fusión progresiva y menos radical que la superinteligencia hibrida.

Mientras el primero aspira a la creación de una inteligencia artificial que por medio su velocidad de procesamiento es capaz a superar la velocidad de procesamiento (de información) del cerebro, postulado de la inteligencia artificial fuerte. En las otras tres se aspira a una ampliación de la inteligencia humana por medio de la tecnología, lo cual a toda luces parece lo más lógico, en lugar de crear una superinteligencia artificial, capaz de construirse a si misma cada vez más inteligente (explosión de la inteligencia) porque no lograr una superinteligencia que se vaya ampliando dado la interacción, más bien simbiosis, entre humanos y tecnologías. De esto seguiremos hablando.