viernes, 22 de noviembre de 2013

Humanismo en la era cibernética

Crisis de la ciencia

La razón instrumental:
La ciencia cambio la mentalidad del mundo y se paso de un dogmatismo religioso dominado por la escolástica, a un dogmatismo de la razón dominado por la ilustración. Nadie puede negar el papel de la ciencia en su lucha contra el oscurantismo cuando todo lo desconocido era producto de los deseos de un Dios y no necesitaba ninguna explicación, Bastaba  aceptarlo como un hecho divino. La ciencia nos enseño a buscar la verdad a utilizar nuestro raciocinio para descubrirla. El problema radica en que ahora no aceptamos nada que no tenga una explicación razonable y nos negamos a aceptar cualquier fenómeno incomprensible. Quizás tengamos que reconocer que algunos hechos son realmente "divinos" o que para la comprensión del mundo necesitamos utilizar algo más que el raciocinio.

Son muchos los científicos que ven en la innovación tecnológica el motor del cambio social y ven al hombre como una tabla rasa, mientras la ciencia es vista como una fuerza "mistica" que trasciende al individuo. Este debe someterse a los "ideales" científicos. La grandeza está en la transformación que produce la ciencia, el individuo no puede hacer nada, él sólo juega su papel dentro de ese orden. La ciencia avanza de forma ciega hacia el desarrollo y progresa sin detenerse, donde cada descubrimiento es una arma de doble filo. Es necesario buscar la reacción directa del hombre, de sus necesidades y anhelos con las teorías, con las leyes que el mismo crea. La creación no puede ser separada del hombre y convertirla en un ídolo al que hay que adorar, porque sólo el hombre le da aliento y validez a sus teorías. Por otra parte, la mayoria de los científicos se han dedicado al "dominio" de la naturaleza y no se han preocupado por advertir sobre las consecuencias del uso de sus descubrimientos ni de buscar un acercamiento con filosofos, sociologos, antropologos, etc., con el fin de minimizar los riesgos del mal uso de la ciencia y la tecnica, y sobre todo, en luchar por alcanzar una sociedad más humana.

Hay quienes pasan de un extremo a otro y culpan al desarrollo científico‑técnico, no es la ciencia la que deshumaniza al hombre, sino las propias bases sobre la que se sustenta la sociedad. Cuya evolución ha estado matizada por la imposición de la fuerza y el dominio sobre los más débiles y desamparados a traves de sociedades: esclavistas, feudalistas, capitalistas, etc.  Si la evolución de la sociedad hubiese sido humanista, no hubiesen acabado con los nativos en casi todas las partes del planeta sino que en su lugar, se hubiese sostenido sobre la base de la cooperación y la mezcla paulatina de razas y no en la aniquilacíon o expulsión de sus tierras en aras de la civilización. Y es que durante años hemos utilizado la palabra "conquistar" (conquistas científicas, etc.) en lugar de "interactuar". Históricamente solo ha existido una relación de dominio. Hoy se pretende el dominio de la computación y a través de esta simular los procesos sociales, predecir los sucesos e incluso manipular a la sociedad de acuerdo a los intereses de los gobernantes (reduccionismo informático); en cambio, se olvidan del individuo: las estadísticas solo recoge hombres promedio. Y, mientras la ciencia se vea como una forma de poder; será, siempre, a la par que beneficiosa; perjudicial.

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Visión crítica de la era cibernética

¿Es posible la tiranía de las máquinas? 

¿Hasta que punto la ciencia se ha convertido en un dogma que hay que seguir ciegamente? ¿Podrá ese dogmatismo arrastrarnos a una tiranía peor que la inquisición?

La ciencia que en los siglos XVII y XVIII fue un elemento de liberación e ilustración, ya que hizo que el hombre se cuestionara las creencias que imperaban de forma absoluta en el pasado. Hoy se ha vuelto tan opresiva como las ideologías con que antes tuvo que luchar.

Para Feyerabend la ciencia una vez que ha encontrado la verdad, o parte de ella, se ha vuelto rígida y ha dejado de ser instrumento de cambio y liberación, y afirma: "la rigidez de la ciencia no se debe al capricho humano. Está en la naturaleza de las cosas. Pues, una vez que hemos descubierto la verdad, ¿que otra cosa podemos hacer sino seguirla? Lo cual se convierte en una lealtad a la verdad de una ideología que no es sino la defensa dogmatica de tal ideología".

Y agrega en otra parte: "Las ideologías son maravillosas cuando van acompañada de otras ideologías. Se vuelven doctrinarias y aburridas en cuanto sus méritos le hacen suprimir a sus adversarios".

Otra cosa son los efectos de la tecnología:
En nuestra época postindustrial el entorno está cambiando a una velocidad superior al poder de adaptación del individuo. Y es esa inestabilidad la que produce el stress, que no es otra cosa que un stress ante la tecnología, el temor a "quedarse atrás". Cada vez comprendemos menos lo objetos que manipulamos, que aunque son mas fáciles de utilizar, su complejidad tecnológica los hace incomprensible a cualquier persona.

A lo que Angel Benito dice: "La inquietud y la inseguridad como sentimientos hoy mayoritarios, encierran una de las mayores paradojas de nuestra época, porque nunca como hoy han sido mejores las condiciones de vida, ni nunca como hoy la sociedad ha tenido más elementos para sentirse más segura de si misma".

Y ve en esto la causa del desarrollo sin limites de la ciencia y la técnica (ej: la contaminación), la ruptura con el pasado en todas las esferas (ej: la quiebra de los valores religiosos) , la subida del nivel de vida (sin que se resuelvan los desequilibrios sociales), etc.

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lunes, 18 de noviembre de 2013

Las expectativas de la era cibernética

Máquinas superinteligentes

 Despues de analizar la ideología de la cibernética y las metáforas que esta genera, se hace necesario revisar  sus implicaciones tecnológicas y la posibilidad de construir computadoras con una inteligencia equivalente o superior a la humana.

Mientras la Inteligencia Artificial fuerte se fundamenta en el desarrollo del software ‑los programas que hacen funcionar a la máquina‑, últimamente se están dando otras tendencias, entre ellas la potenciación del hardware ‑la estructura física de la computadora: sus componentes‑ como la vía mas rápida de lograr la inteligencia, lo cual refuerza la tesis de una IA débil. Para estos investigadores, lo que tiene atascada a la IA es la velocidad de las máquinas a la hora de manipular la información ‑ recuerden que pensar es una forma de manipular información‑ lo cual las hace mas ineficientes que el cerebro.

Si partimos del hecho que las máquinas son cada vez más veloces, piensen en las primeras computadoras que no alcanzaban los 10 Megahertzios (Mhz) a las actuales que ya sobrepasan los 100 Mhz y no se vislumbra ningún límite para que esta velocidad no siga aumentando. Con la obtención de máquinas superveloces, estas podrán efectuar un billón de operaciones por segundos, con lo cual ‑ según Moravec‑ estarán en condiciones de alcanzar el nivel de la inteligencia humana. Aun mas, teniendo en cuenta que el cerebro humano trabaja a una frecuencia de 100 hertzios o ciclos por segundo y que no se vislumbra una cota que limite la velocidad de procesamiento de la computadora basada en un hardware cada vez más sofisticado, con mayor capacidad de memoria, varios procesadores centrales (la materia gris de la máquina), mayor velocidad de acceso a los periféricos; parece posible, incluso, que la máquina pueda superar al hombre.

 Claro está, que los que se basan en la tesis de que la máquina realiza más operaciones por segundo que el cerebro humano (velocidad cruda), no han tenido en cuenta la complejidad de la información y cómo tratarla de forma eficiente, donde, por suerte, los humanos son mejores. Por otra parte cuando se habla de los ciclos por segundos en el cerebro, nos imaginamos que estos se miden de forma secuencial, se envía una sola señal a la vez, lo cual no ocurre asi, ya que el cerebro es capaz de procesar múltiples señales a la vez.

Uno de los grandes problemas que se presenta hoy en día, es la dificultad que existe para darle mantenimiento a los grandes sistemas de computación. La dificultad radica en que los sistemas mientras más complejos, más dificil se hace darles mantenimiento, hacerles modificaciones. Los programas se hacen "incomprensibles" al autor (o a los autores). Si tuviéramos una máquina capaz de autoaprender, dejaría de ser una preocupación como el especialista almacena sus conocimientos o como se le ocurrieron las soluciones, bastaría introducirle un programa "núcleo" y que la máquina vaya aprendiendo sobre la marcha. Por lo que el desarrollo de sistemas dotados de autoaprendizaje será una necesidad para el futuro que se avecina.

Los defensores de las máquinas inteligentes van mucho mas lejos y sugieren que las propias máquinas construirán computadoras cada vez más inteligentes, ellos parten de la base de un hardware cada vez más potente, aceptan que mientras más capacidad de procesamiento tenga, será más "inteligente", y quién niega que una máquina inteligente no sea capaz de aumentar las capacidades de las próximas generaciones construyendo máquinas cada vez mejores y así infinitamente, sin que el hombre participe en este proceso. ¿No sería esto el fin de la humanidad?

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viernes, 15 de noviembre de 2013

La ideología en la era Cibernética

Si a la Economía, la Sociología, la Química, etc., le faltó el poder de generalización y de facilitador de metáfora, no ocurrió lo mismo con un intento de ciencia que dió lugar a uno de los movimientos más importantes de este siglo: la Cibernética, cuya influencia trastornaría a todo el mundo científico.

La Cibernética

En nuestros dias la Cibernética no debe verse ni como una ciencia, ni como una disciplina; sino como un movimiento de ideas, que trató de romper con la estrechez de conocimientos propios de cada disciplina. El movimiento cibernético permitió que científicos de ramas muy diferentes se agruparan en colectivos de investigación y por primera vez, matemáticos, fisiólogos y especialistas en electrónica se integraran en equipos multidisciplinarios. Su creador Norbert Wiener después de estar años trabajando en las teorías matemáticas y de agregar alguna fórmulas más al gran aparato matemático, comenzó a trabajar en cuestiones técnicas como el control de los disparos de la artilleria antiaerea y la transmisión más eficiente de mensajes codificados a través de sistemas de comunicaciones. Escribió un libro sobre cibernética y el control en los animales y las máquinas que se convirtió en un éxito. Las condiciones estaban dadas para una nueva revolución dentro de la ciencia.

La cibernética se basa en el estudio de las máquinas (objetos artificiales) y su aplicación, lo que promovió una nueva revolución científica sobre la base de la interrelación de los humanos con las máquinas a un ritmo tecnológico de crecimiento jamás visto y de carácter impredecible. Este ritmo ya se hace sentir y podemos afirmar, por ejemplo, que un hombre del siglo XVI pudiese muy bien, haber vivido sin mucho sobresalto en el siglo XVII en cambio uno del siglo XIX tendría grandes problemas para adaptarse al XX y todo indica que esta aceleración seguirá aumentando, lo cual hará que una persona en su vejez tenga que vivir en un mundo totalmente diferente a el de su infancia.

Con la cibernética el concepto de máquina ha ido cambiando a lo largo de los años. Luego de aquellas primeras máquinas mecánicas donde se pretendía reemplazar completa o parcialmente el trabajo físico del hombre y de los animales, han seguido otras, cuyo fin, es la mecanización del trabajo intelectual. Hoy las máquinas realizan funciones que antes se consideraban propias del intelecto humano. Pero quizás el aporte más importante de la cibernética fue fundamentarse sobre las analogías, de ahí su característica de ciencia exógena, la cual esta dada por la interrelación con otras ramas del conocimiento y su asimilación interna, pero sobre todo por la propuesta de teorías generales que expliquen fenómenos propios de las otras ciencias. Por ejemplo, la cibernética ha preferido basarse en la teoría de los modelos, que hace más hincapié en la representación funcional de los organismos que en su estructura ‑en el sentido vertical o jerárquico‑. Esto, unido a la búsqueda de analogías entre los fenómenos y no a la reducción de uno en otro la llevó a convertirse en una ideología científica para la comprensión del mundo.

Otro de los aportes de la cibernética, es la utilización del aparato matemático, que hasta ese momento era de uso casi exclusivo de la física y como la cibernética a su vez era una disciplina común a varios sectores de investigación, trajo como consecuencia que ramas como la psicología, la sociología y la biología, pudieran de alguna manera formalizar sus teorías, y aún fue más lejos, ya que les proporcionó métodos de experimentación a través de la creación de máquinas que permitieran estudiar conductas, reacciones, reflejos, aprendizaje, etc.

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jueves, 7 de noviembre de 2013

Podemos ser o no ser parte de la historia

Habíamos hablado en el artículo anterior, el fin de la historia del hombre, sobre las ideas de Francis Fukuyama, sobre el futuro del hombre, donde vimos que Fukuyama se hacia la eterna pregunta de todos los grandes pensadores sobre ¿qué futuro nos espera? Y concretamente se preguntaba ¿si podían existir otras contradicciones en las sociedades liberales que no pudieran resolverse?

Fukuyama en ese entonces, hace más de veinte años, asumía que el clásico enfrentamiento entre los ideólogos del liberalismo y los ideólogos del socialismo ya había llegado a su final, con el triunfo rotundo de la ideología del libre mercado, como la única capaz de responder plenamente a los intereses humanos (optimismo con el que cerró el siglo XX), pero veía con cierto temor el surgimiento de nuevas alternativas, el de un nacionalismo social y el posible surgimiento de un estado teocrático refiriéndose a los musulmanes; diez años después comenzó a cuestionarse el impacto de la ideología transhumanista y sus consecuencias (en especifico la biotecnología) sobre el futuro de la humanidad. Ahora la pregunta es: ¿son esas las únicas alternativas?

Ahora, a principios del siglo XXI, nos encontramos con que se ha ido incrementado el deterior del planeta y no parece tener solución, las tecnologías cada vez son más poderosas y omnipresentes mientras la enajenación humana parce tomar nuevas formas. Y es como si todas las crisis comenzaran a unirse y nos acercáramos a una crisis total de alcance global y donde las soluciones locales no parecen funcionar. Y en la opinión de muchos, se necesita, cada vez más, de un enfoque transdisciplinar para poder enfrentar la problemática actual.

Podemos afirmar que en el siglo XXI han ido surgiendo nuevas alternativas, que ya habíamos mencionado en el artículo: las posiciones tecnológicas ante el futuro del hombre. Volveremos sobre las ideologías de este siglo que están surgiendo como alternativa a la ideología neoliberal vigente.

transhumanismo-democraticoJames Hughes, representante de la alternativa democrática al transhumanismo. Director del  Institute for Ethics and Emerging Technologies. A pesar de su enfoque transhumanista asume posiciones de compromiso con lo social y lo ambiental.


Nuevas alternativas a la ideología neoliberal (capitalismo actual)
1. Tecnologismo. Parte de la aceptación de que las máquinas superaran a los humanos y esto llevará a una nueva era poshumana (singularidad tecnológica). La cual nos lleva a un poshumanismo acelerado y a una superestructura que se monta por encima del capitalismo y que incluso puede desplazarlo, ya que lo único importante sería el progreso tecnológico (super-optimismo tecnológico).
2. Capitalismo posmoderno. Parte de la idea de que el ser humano posee limitaciones que solo pueden ser superadas por medio de la tecnología. Se parte de la ideología transhumanista liberal, donde el camino hacia un futuro poshumano se sucederá de forma espontánea como consecuencia de la necesidad de crecimiento económico del capitalismo. Es la continuidad del capitalismo actual (preservar al capitalismo).
3. Capitalismo progresista. Es consecuencia del anterior, pero con un enfoque más humano o democrático y sigue las ideas de un transhumanismo democrático expuestas por James Hughes, un poco como oposición a la ideología del transhumanismo liberal. Aunque se plantea dentro del capitalismo se proponen realizar ciertas reformas en lo social, lo ecológico y lo económico (democratización del capitalismo)
4. Ecologismo. Parte de que la especie humana está en peligro de extinción y es necesario tomar medidas ecológicas para su protección, y propone una ideología ecologista donde el ser humano no es el centro del universo sino otro integrante más como el resto de los seres vivientes. Se necesita de una cambio de mentalidad que vaya del egocentrismo actual hacia un biocentrismo, algunas posiciones más radicales, proponen un crecimiento cero y hasta de un retorno a la naturaleza (pesimismo ecologista)
5. Socialismo ecológico. Aquí se unen las ideas del socialismo con las del ecologismo pero menos radicales. Se asumen las ideas del desarrollo sostenible y aspira a un crecimiento económico sin degradar al planeta y cono mejoras sociales. Todo indica que los esfuerzos del socialismo moderno, además de las mejoras sociales, deben estar encaminados a tratar de resolver la crisis ecológica actual (ecologismo social)
6. Socialismo progresista. Parte del concepto de que el ser humano no ha alcanzado todo su potencial evolutivo y por medio de su propia fuerza interior y la formación de una consciencia social que acepte la responsabilidad sobre el planeta, sobre las especies y sobre sí mismo, en aras de su propio progreso humano; que incluya relaciones profundas, que sustituyan las relaciones superficiales actuales basadas en la competencia, y que se establezca no solo entre humanos sino, también, entre humanos y tecnologías colaborativas (sostenibilidad tecnológica), siguiendo un enfoque transdisciplinar (colaboración transdisciplinar).

Las posiciones 1, 2 y 3 defienden la idea de un futuro poshumano, mientras las posiciones 4, 5 y 6, la de un futuro sostenible.

Si antes las únicas formas de transformar al mundo, a la sociedad, al individuo, etc. Eran: o los cambios en la estructura social (ej. El socialismo), o los cambios en la mentalidad (ej. El cristianismo). Hoy tenemos un nuevo competidor, que promete cambiar tanto a la sociedad, al individuo como al mundo: las tecnologías (de esto hemos hablado artículos anteriores y por su puesto en mi libro: “Inteligencia artificial, el futuro del hombre”). En estos momentos, estamos ante el surgimiento de una nueva superestructura tecnológica donde el progreso parece imponerse, con o sin los humanos. La elección nos pertenece a todos.

lunes, 4 de noviembre de 2013

El fin de la historia del hombre

Luego de la caída del campo socialista, parecía que ya no habrían mas confrontaciones y que la ideología socialista como alternativa al capitalismo había fracasado, lo cual llevo a uno de los ideólogos más importantes del neoliberalismo a anunciar el fin de la historia, todos saben que me refiero al japonés Francis Fukuyama.

Fukuyama, cae en el optimismo de asumir que la ideología occidental se impuesto al mundo (por lo que se acepta su superioridad sobre las otras, incluyendo a la sabiduría oriental, incomprendida por la mayoría de los occidentales). Y opina que el resto de las alternativas ideológicas se han agotado y considera que el triunfo del liberalismo es inevitable tanto en el plano de la consciencia como en el material. Lo que quiere decir que no existirán mas ideologías, al menos no tendrán fuerza para oponerse a la ideología del mercado por lo que al quedarse la humanidad sin ideologías alternativas, estaremos, entonces, ante el fin de la historia, donde una sola ideología, la neoliberal, predominará por los siglos de los siglos.

Siguiendo a Hegel, Fukuyama, cree que el fin de la historia se produce en un momento absoluto, cuando triunfaba la forma definitiva, racional de la sociedad y del Estado. Estamos hablando de una ideología única o de un mundo único (Los defensores de la poshumanidad también hablan de alcanzar un único mundo).
Para Hegel la consciencia en la causa que mueve a los acontecimientos entendidos como ideologías, las cuales no se limitan solo a la política sino también a la religión, la cultura y el conjunto de valores molares subyacentes a cualquier sociedad. En cambio Marx, relego toda la esfera de la consciencia (religión, arte, cultura, filosofía) a una superestructura que estaba determinada por el modo de producción prevaleciente (ver concepto de superestructura).

Por otra parte, Marx afirmaba que en la sociedad liberal existía una contradicción fundamental que no podía resolverse dentro de su contexto, la que había entre el capital y el trabajo. Cuando en realidad las contradicciones nacen, no del contexto social, que es donde se reflejan, sino dentro de la consciencia o mentalidad que se ha ido conformando y de la que nace la ideología y el accionar en el mundo.

Siguiendo las ideas de Fukuyama las ideologías han pasado por las siguientes fases.
• Tribales
• Esclavistas
• Teocráticas
• Democráticas (capitalistas).

Y las alternativas que han surgido a la ideología del neoliberalismo son:
• Fascismo
• Comunismo
• Nacionalismo (Nacional socialista)
• Estado teocrático (Islam)

Fukuyama considera que las dos primeras ya han fracasado. Y que las religiones solo funcionan a nivel individual con excepción de la musulmana.

Para Fukuyama una vez desaparecidos los grandes desafíos del fascismo y el comunismo como ideologías alternativas, el camino estaba libre para la ideología neoliberal. Y se preguntaba ¿si podían existir otras contradicciones en las sociedades liberales que no pudieran resolverse? O sea. ¿Existen otras contradicciones más allá de las de clases que no puedan resolverse? Fukuyama plantea dos: la religión y el nacionalismo.

Aunque acepta que existe un renacimiento de las religiones cristiana, judía y musulmana, debido al vacío espiritual que produce en nodo de vida consumista, afirma que no se necesita de la perspectiva de la religión. Después de la revolución científico-técnica y con ella, la aceptación de la razón instrumental; todos los pensadores, que se consideran “serios”, tienden a ignorar la dimensión espiritual en el ser humano, un error que también cometió el marxismo; lo cual no sucede con las nuevas tendencias socialistas en América Latina cuya matiz religioso es evidente.

Fukuyama, no puede escapar a su contexto social y como representante de la ideología dominante afirma que la mayoría de los países del tercer mundo (los del sur) seguirán atrapados en la historia y será motivo de conflictos por muchos años. De ahí que os que los ignore y se concentre en los países desarrollados del norte. En su pensamiento está arraigada la idea que las civilizaciones superiores deben dominar a las civilizaciones inferiores, para acabar con la barbarie.

Fukuyama, ve el fin de la historia como algo repetitivo y monótono donde una de las preocupaciones seria el medio ambiente (no ve las consecuencias reales del deterioro del planeta). Lo que quiere decir que llegaremos a un futuro sin contradicciones ni luchas de clase, ni problemas ecológicos y que las tecnologías estarán en función del libre mercado y del crecimiento económico el cual parecería ser infinito y las desigualdades sociales dejarán de ser un problema (al menos en el sentido político) ya que la pobreza se irá reduciendo mientras la riqueza seguiría aumentando. Ni que decir de los países del sur (tercer mundo) los cuales prácticamente no son parte de esta historia. Por suerte hoy son los países del tercer mundo los que están haciendo la historia.

La historia reciente ha demostrado todo lo contrario y muchos de esos países del sur hoy forman parte de las nuevas naciones emergentes, sino piensen en las BRICS.

Sin embargo, diez años después Fukuyama reconoció su error al querer predecir el fin de la historia basándose solamente en la evolución progresiva de las instituciones políticas y en la economía sin tener en cuenta el progreso tecnológico. Y dijo, entonces: la historia no puede terminar, puesto que las ciencias naturales (se refiere a la biotecnología) actuales no tienen fin, y estamos a punto de alcanzar nuevos logros científicos que, en esencia, abolirán a la humanidad como tal (existe una transición del fin de la historia al fin de la humanidad).

Por lo que acepta que el principal defecto del fin de la historia es no reconocer que la ciencia puede no tener fin (el progreso tecnológico es cada vez mas autónomo y acelerado) y su preocupación se centra fundamentalmente en el desarrollo de la biotecnología y su posibilidad de cambiar los límites de la naturaleza humana.

A Fukuyama le preocupa el poder de la biotecnología (ignora el resto de las llamadas tecnologías convergentes, NBIC) y su intervención en la naturaleza humana, a lo que dice: la biotecnología podrá lograr lo que las radicales del pasado, con sus técnicas increíblemente crudas, eran incapaces de conseguir: generar un nuevo tipo de ser humano. Y cree que no será fácil separa las tecnologías de uso terapéuticos de las de mejora.

En uno de sus artículos considera al transhumanismo como la idea más peligrosa del mundo y arremete contra él cuando dice: la falta de respeto que enfrentamos, la insatisfacción con nuestra situación actual, que ha sido el sustento de la Historia como tal, de repente desaparecen, no como resultado de la democracia liberal, sino porque súbitamente hemos descubierto como alterar esa pequeña parte de la química cerebral que era desde un primer momento la fuente del problema.

Yo pienso que fueron varios los errores presentes en el fin de la historia:
• Negar la condición espiritual humana y la necesidad de un cambio de mentalidad.
• No tener en cuenta el progreso tecnológico (el único que el acepta actualmente pero refiriéndose a la biotecnología)
• Negar el poder renovador del socialismo y su adaptación a los nuevos tiempos.
• Prácticamente excluir a los países del sur de la historia
• Ignorar no solo lo injusto del modelo capitalista sino también la pérdida de valores espirituales y el afán de llenar ese vacío por medio un consumismo creciente y desmedido
• Subestimar las consecuencias del deterior del planeta y la crisis ambiental en la que estamos abocados.

Una vez aceptado, como su único error, el no haber considerado el progreso tecnológico (muy común en el pensamiento convencional vigente) Fukuyama acepta como inevitable el paso a un futuro poshumano y dice: el carácter abierta de las actuales ciencias naturales indica que la biotecnología nos aportara en las dos generaciones próximas las herramientas que nos van a permitir alcanzar lo que no consiguieron los ingenieros sociales del pasado. En ese punto habremos concluido definitivamente la historia humana porque habremos abolido los seres humanos como tales. Y entonces comenzara una nueva historia poshumana.

Al final, Fukuyama pasó del optimismo capitalista a compartir el pesimismo ecologista de que nos encontramos ante el final de la especie humana, solo que la mayoría de los ecologista siguen sin tener en cuenta la dimensión tecnológica y las consecuencias que esta tendrá, mientras que Fukuyama, como ideólogo del neoliberalismo, ha visto las contradicciones propias que están surgiendo y que la única opción viable en el contexto actual (y dada la mentalidad y la cosmovisión impuesta por el capitalismo) es un futuro poshumano, y con ello el fin de la historia de la humanidad, tal como la conocemos hoy.

Pueden ver un enfoque sobre el transhumanismo en mi libro: “Inteligencia artificial, el futuro el hombre”.